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Hace quizás 10 años, en una visita a la ciudad de México, le pedí a uno de mis tíos que me llevara a conocer museos por la ciudad, pues desde que tengo memoria mis pasatiempos preferidos han sido lalectura y los museos. Sabiendo esto, mi tío organizó todo un horario para visitar la mayoría de los museos de la ciudad, dejando sin yo saber lo mejor para el final.
Llegamos al último museo, delcual antes de entrar debo confesar que estaba muy decepcionada, pues era una simple casa, una casa azul que a mi parecer no tenía nada de especial ubicada en un lugar lejano, bonito, pero realmente notan “worth it” para lo cansada que me encontraba en ese momento.
Al entrar a la casa, yo solo veía plantas, masetas y figurillas extrañas, cada vez estaba más confundida, pero veía a mi tío con carade emoción que yo tenía que corresponder con una de esas sonrisas como cuando los papás cuando te regalan un suéter horrendo pero debes de fingir que te encanta, pero como para eso de fingir que algome encantaba no era nada buena, mi tío me empezó a contarme la historia de esa casa y los que habían sido sus habitantes.
Fue entonces como conocí a Frida Kahlo, quien desde ese entonces ha sidouna de mis más grandes inspiraciones, pues sus pinturas y sus escritos reflejan a mi parecer todo ese sufrimiento por el que pasó de una manera tan transparente, sin querer cubrirlo, sin querer agradara alguien en especial. Siempre he pensado que su mano estaba directamente conectada a su corazón y que sus más íntimos deseos y sentimientos estaban completamente expuestos a través de su arte.Cada autorretrato pinta su dolor, su ambición, sus penas, y cada instante por el que pasó, desde sus enfermedades de pequeña, hasta su inmovilidad a causa del accidente sufrido en el autobús en el queviajaba, las innumerables operaciones que sufrió y sin duda su aborto y su incapacidad de procrear.
Me apasiona tanto todo lo que Frida escribía, como su amor por Diego a pesar de éste y sus...