ayotzinapa y cardenas
Partiendo del hecho que existen bastantes elementos que pueden ser justificados, y lo son algunos, sobreel desprecio y repudio a Cuauhtémoc Cárdenas y a lo que él representa, en relación al PRD, la agresión del pasado miércoles no es por nada correcta por donde quiera que se le quiera ver.Entendiendo que también los rencores y la falta de perdón son parte de la memoria histórica del movimiento, o al menos de una parte importante de él, pero estos representan una actitud negativa para losactuales acontecimientos y la forma que debemos afrontarlos. Entra en contradicción el legítimo llamado a que la “izquierda institucional” se pronuncie y salga a pelear en las calles junto a las demandasdel pueblo. El llamado directo a que Cárdenas, AMLO, a la dirección del PRD y a políticos e intelectuales que les acompañan, está entrando en una contradicción con los hechos del 8 de octubre. Decimos¿Por qué no se pronuncian? ¿Por qué no están aquí? Y cuando llegan, ¿Los repudiamos, los agredimos? Cuando decimos que esta lucha es de todos contra el fascismo ¿Les demostramos que no es de todos sinode unos cuantos para ser entonces menos contra el gran enemigo?
Yo fui parte de los que en 2000 aceptamos la entrada de Cárdenas a CU, no éramos primeramente nadie para impedírselo, pero lo hicimoscon la intención de que ahí adentro de la UNAM le mostráramos todo nuestro repudio por los hechos de su gobierno cuando reprimió al movimiento del CGH (4 de agosto en las Águilas y 14 de octubre en elperiférico ya con la Chayito al mando) y el de su partido cuando fue parte importante del engaño del plebiscito y la entrada de la PFP. No se le puede perdonar esto. Pero fue otro tiempo y otro...
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