bachiller

N° 2
-Mátame-esas palabras me golpearon la cabeza. Las recibí como la continuación de un sueño aciago. Le pedí con los ojos que lo repitiera. Él me miró desde el infierno. Los dioses de lasprofundidades habían decidido ese final, y mi voluntad obraba para consumarlo. Entonces rodeé su cintura con mis brazos, lo atraje hacia mí y respiré su perfume. Apreté la pistola contra sus sienes y accionéel gatillo. El rojo tiñó nuestros cuerpos.
¿Lo encontraría de nuevo? Lo recuerdo muy bien: su cuerpecito desmirriado, su cabello alborotado cubierto por una boina azul. Estudiaba artes en laSorbona, tenía unos cuantos centavos en el bolsillo trasero de su pantalón, y una flor amarilla seca colgando de su cuello. Qué hermoso eras entre todos tus amigos. Me contaste que todos te habíanpretendido alguna vez, y que tuviste una aventura con dos o tres, pero no pasó de una noche de besos aguardentosos, y ruido y furia. Yo también había tenido mis aventuras, y era famoso en todos los clubes dela ciudad. Mi nombre era conocido por muchos hombres, y por muchas mujeres.
Fue mi padre quien me enseñó amar a las mujeres, el resto lo aprendí por mi propia cuenta. Mi semen había fertilizadovarios úteros, y lo había disfrutado. Pero disfrutaba más del placer de desperdiciarlo en el lecho de Adán: La mejor manera de mear sobre el nombre del Dios de nuestros padres.
Tú eras ateo y marxista.Siempre te decía “mi gran güebón”. Si, güebón como todos los perros marxistas del mundo. Pero disfrutábamos mucho en mi cama, en mi apartamento de escasos metros. Apenas cabíamos los dos, y tu hálitomisterioso embriagaba todo el ámbito. Siempre te llevaba los viernes: viernes en la noche, para ser más específicos. “Noir”, y después Fafnir, mi Del Rey rojo-dragón, Springteen. No esperabas quesacara la llave de mi bolsillo, acariciabas mi entrepierna, y yo que No, que fueras paciente. Pero tú estabas sediento. Terminábamos sobre la alfombra, la hora en que todos dormían. Después te llevaba a...