Bachiller
Monseñor Ricardo Urioste
Nació un día 15 de agosto, pero lo notable para mí, es que nunca dejó de nacer. Nació y creció cada día de su vida y nodejó nunca de nacer. Nació para Dios, nació para la Iglesia, nació para los pobres. Y eso es lo que la gente de nuestro pueblo tiene siempre presente. Por eso celebran su nacimiento ycelebran también su muerte como el definitivo nacimiento.
Este quince de agosto así se manifestó. Jóvenes presentes ese día en la Cripta de Catedral hablaban de Monseñor. Ni siquierahabían nacido cuando él murió pero saben de él, lo admiran e intentan seguir sus pasos. Está naciendo en cada uno de ellos, como sigue naciendo en todos los que participaron en la eucaristía deese día. Él va produciendo gente que nace de nuevo. Como él lo dijo: “Resucitaré en el pueblo salvadoreño” se ha cumplido; pero también se ha cumplido lo que no dijo: nacer de nuevo envida cristiana de incontables personas, treinta y tres años después de su muerte. Esto se vio en la Cripta en la oración que de rodillas hace la gente en su tumba, en los papelitos que ledejan agradeciendo sus favores porque saben que Dios ya lo canonizó.
Igual cosa ocurrió en Ciudad Barrios. Dentro del templo, en el fondo, se exhibe en vitrina, una sotana y una mitra quepertenecían a Monseñor Romero. Cuatro sacerdotes concelebraron la misa y pienso que en el templo habría unas mil personas del lugar y llegadas de San Salvador. Yo prediqué, pero me gustómás que lo que yo dije, lo que la gente dijo de él: santo, amigo de los pobres, generoso, defensor de la verdad, de la justicia y de todo lo bueno desde la Palabra de Dios. Fue unapredicación del pueblo presente. Y él, desde el cielo, al lado de Jesús, oyendo complacido las palabras de su gente. Nació y sigue naciendo, porque alguien nos dijo: “Hay que nacer de nuevo”.
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