Bachiller

LA CARTERA DE ELLA Restaurante de los cisnes. Estaba mirando sus grandes ojos pestañados, delineados con negro y contenedores del éter más lejano. Le dije no sé qué cosas , un hombre enamorado nosabe qué dice y ella no hacía más que asentir, no con palabras, no con la cabeza, ni siquiera con el corazón, respondía con eso, con eso que no sé cómo se llama, ni quiero saberlo, tal vez ni sentirlo,porque simplemente lo he vivido, quizá porque es aún muy primitivo , como los hombres en los tiempos más remotos , no teníamos nada más que la vida y la necesidad de vivirla. Pues ella y yo no teníamosque explicar nada, solamente vivir lo que estaba pasando, de pronto, todo manifestó un común acuerdo y guardo silencio, no porque alguien lo acallara, sino porque quiso observarnos, aparentementeallí, simplemente sentados uno frente al otro, mas, para mi dicha éramos una venturosa fundición invisible. Pero mujer tenía que ser y observó con suficiente tiempo, esta vez a mi beneficio. Me advirtió.Vimos lo que menos deseábamos, pero afortunadamente lo vimos. Se acabó de pronto la magia. . Era su marido. Me perturbé por unos segundos, la alucinación de repente se hizo zozobra. Palidecimos.Estábamos en un restaurante no muy grande, pero con suficientes recovecos para qué se tardara unos minutos antes de que nos reconociera o mejor dicho la reconociera, porque el calvo ese nunca ha contado conmi existencia. Maldije la casualidad, tanto cómo la bendije antes, porque por casualidad nos conocimos ella y yo. De pronto, al recordar el momento cuando la conocí, supe que ella tenía mi salvacióny también la propia. Cuando la vi por vez primera, en ese mismo restaurante, fue su estilo lo que me sobrecogió, estaba toda vestida de negro en perfecto contraste con la blancura de su cuerpo. Era eltraje apretado, que no evidenciaba ningún defecto bajo la tela. Los tacones también eran negros, la cartera también y sobre todo era grande, como les gusta a todas las mujeres. Hoy llevaba la...