Bachillerato

Y cuando me di cuenta ya estaba acostada. Era una noche de frío y había pasado una buena noche con mis chicas pero justo en el momento de recogerme tuvo que venir él.
Hacía mucho que no nos veíamos y me pensaba que iba a estar ansioso por verme pero en vez de eso fue todo lo contrario estaba estúpido y no me hacía caso.
Cogí e intenté hablar con él, que a base de insistir él cedió. Aunque lomejor hubiera sido no insistir porque lo que me dijo no fue de mi agrado.
Al decirme que lo nuestro había acabado y que no había vuelta tarás huí, sí, huí del lugar... No es la mejor opción pero ¿qué podía hacer?
Tras un largo camino acompañada de la mejor compañía, mi soledad llegué a casa, me quite el maquillaje y me acosté.
Ahora, en este momento mientras escribo esto y le doy la últimacalada al último cigarrillo del paquete me doy cuenta de que en realidad está todo perdido.
Parece irónico que me acuerde como si hiciera poco, hace como unos diez años de esto.
Tenía 23 años y vivía en la gran capital, estudiaba arquitectura, él tenía 26 años y vivía a 12 km de mi casa no estudiaba, estaba alistado en la lista del ejército. El años después de terminar mi carrera por un amigoque teníamos en común me enteré que lo había llamado que debía presentarse y cogér el primer vuelo a Irak. Sí, así es. No volví a saber nada de él.
Hasta que un día por casualidad decidía irme al extranjero con James, mi marido. Al bajarme del ferrocarril vino un hombre con un hermoso rostro, me miró y fue como una sensación la cual no se puede escribir, como si ese rostro ya lo hubiera visto comosi ya hubiera escuchado esa ronca voz.
Tenía un buen presentimiento cuando lo veía y al mirarle las manos, supe que era él. No me preguntéis como lo descubrí pero podría identificarlo perfectamente con los ojos cerrado, sin querer me rozó con sus manos frías y la misma sensación me hizo cerrar los ojos.
Me quedé embelesada mirándole, era imposible pero cierto. Mi marido me tocó y con una dulcevoz me dijo, - Cariño, no le toques podría pegarte algo. Me cogió y me llevó con él, en el retrovisor lo divisaba, sabía que era él y tenía la necesidad de hablar con él y incluso de abrazarle, hacía tanto tiempo que no lo hacía.
Pasaron los días, los cuales yo iba a donde me lo encontré, a la parada del ferrocarril y nunca lo veía, hasta que un día lo vi. Ahí estaba vestido con esmoquin, noparecía el mismo, iba afeitado como me gustaba. No pude hablar con él, se subió al tren y no me dejó articular palabra alguna.
Volviendo a casa desilusionada pero a la misma vez feliz por que sabía que era él estaba segura. Estando en la ducha me puse a pensar, que estaba subiendo en un tren con una maleta y que posiblemente estaba huyendo de mi o incluso que se tendría que volver a la guerra. Así quecogiendo mis pertenencias lo más rápido que pude y sin dar ninguna explicación a James y marché.
Llegué al tren, sudorosa y con los pies llenos de polvo. Pregunté a supuestos compañeros y no sabía nada de que allí trabajara ningún Nando, así se llamaba.
Dubitativa, cogí el tren, me dirigía a la gran capital. Al llegar allí, sin dinero y sin nadie quien me resguardara por las noches, me dirigí ala casa de mi gran amigo, el cual era amigo de Nando.
Me sentó y me exsiguió que le contara con detalles porque estaba allí sola, y temblando.
Le conté todo y al terminar él, se sentó a mi lado y me cogió la mano diciendome que la realidad no era como yo pensaba sino que Nando, fue a la guerra durante unos meses y cuando regresó me busco de noche y de día hasta dar conmigo.
Al oír esas palabrasno dudé ni un segundo más, era mi turno, el turno de buscarle yo a él, de no dejarle escapar porque sí, le quería como a nunca he podido querer a otro.
Pasaron meses y no tenía ni idea donde se encontraba, no hallaba con él, no le encontraba, estaba desanimada. Hasta que un día por casualidad se me ocurrió visitar el pequeño pueblo donde nadie nos conocía y donde nos escapábamos cuando éramos...