bachillerato
Así es, José María Vargas Vila, un autor colombiano nacido en 1860, con una extensa producción literaria, alrededor decien obras publicadas; muchas de ellas en Barcelona por una editorial importante (ed. Sopena 55 obras). Leído en Europa y Latinoamérica, con una vida itinerante que lo lleva desde el exilio de su patria a Venezuela, Nueva York y después a Europa (París, Roma, Madrid, entre otros) para terminar su vida en Barcelona en 1933; es casi un desconocido hoy en día, y su obra completa prácticamenteimposible de encontrar.
Si bien es cierto que con su calidad no logró descollar en el arte literario, su vida y su significado histórico merecen un repaso, y el acercamiento a esa época extensa y convulsionada en la que vivió. La América ex hispana decimonónica, donde no se encontraba la conciliación del orden colonial y la reforma liberal, y eran comunes las luchas por el poder en la nacienteRepública de Colombia, o en su momento los Estados Unidos de Colombia y el Olimpo Radical (1863-1886). La Regeneración (1885-1902) consecuencia del liberalismo radical y la promulgación de la Constitución de 1886, además de la implantación de la ciencia y las nuevas ideas que permiten la novela modernista, son el lugar y tiempo de la formación del escritor.
Visto el deprimente panorama de la historiapolítico-social colombiana en el siglo XIX, no nos debe sorprender que Vargas Vila no manifieste una visión optimista, ni unas memorias simpáticas o al menos costumbristas de sus orígenes. El mismo Vargas Vila remarcó, en agosto de 1918: “Otros hombres conservan de su infancia un recuerdo más amable... la mía fue tan inconmensurablemente triste que no recuerdo con placer sino los grandes y bellosojos de mi madre, velando sobre ella”.2
Lo monótono y repetitivo de casi toda su obra, el egocentrismo exacerbarte y casi cómico, lo muy sugestivo de su personalidad; no disminuye el interés singular de su carrera y de su proyección sobre su propio tiempo, y sobre el que ha sucedido después de su muerte; más aun, su vida de ultratumba está llena de sorpresas. Su personalidad arrogante, suextravagancia, su permanente disposición al combate, al panfleto y al insulto; no fueron aliados para caer bien en los círculos literarios e intelectuales. No era adepto a las academias. Fue un solitario que tuvo amigos grandes, como el poeta y líder nacional cubano José Martí,3 el presidente ecuatoriano Eloy Alfaro,4 destacado liberal en su país; el escritor argentino Manuel Ugarte, portavoz de unaAmérica hispana unida,5 el poeta Rubén Darío,6 entre otros.
Dentro de una obra tan extensa, es difícil encontrar equilibrio y uniformidad. Un autor tan polifacético y prolífico como fue este, dejo mucha obra vaporosa; pero hay entre ella, por lo ingeniosas, acertadas, o aun a veces conmovedoras, algunas páginas que valen la pena rescatar. El crítico Rafael Conte del periódico El País (España) dicede la obra de este autor: “Vargas Vila la acariciaba [la prosa] demasiado, hasta el paroxismo de la cursilería, en ocasiones. Eligió bien sus modelos, sobre todo a Rubén Darío, y algo menos a Gabrielle D’Annunzio, sin pensar que ninguno de los dos se llamaba así. Vargas Vila, por el contrario, no cambió su nombre. Pero atravesó esos mismos modelos, los llevó hasta más allá de sí mismos, y casiacabó con ellos. Hoy diríamos que Vargas Vila es demasiado, o, en lenguaje cheli, demasie. En su prosa desbordada y que se quiere lujosa hay toneladas de adjetivos encadenados, versos derramados sin la menor pudicia, encabalgamientos de párrafos y párrafos retóricos, barrocos, descriptivos, donde el placer por la palabra se ensancha hasta la exasperación: las palabras se convierten en globos que...
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