bajista
La
niña
gaucha
A
los
tres
años
los
padres
le
regalaron
un cochecito
rojo
donde
Albertina
ponía
un
bebé
que
llevaba
a
pasear
por
la
calle
llena
de
orgullo.
Una
vez
dio
la
vuelta
manzana
hacia
el
lado
equivocado
y
su
madre
–que,
según
decían,
no
sólo
era
muy
estricta
por
temperamento
sino
por
la
situación
clandestina
en
la
que
vivían-‐
la
retó,
y
ese
reto,
que
más
que
recuerdo
es
una
sensación,
por
ser
una
de
las
pocas
que
atesora
de
su
madre
se
convirtió
en
un
tesoro.
Los
Reyes
Magos
del
76
les
trajeron
a las
hermanas
mayores
libros
y
a
Albertina
un
caballito
de
madera
hecho
con
un
palo
de
escoba
y
una
rueda
cuya
modestia
no
desentonaba
con
el
barrio
obrero
de
Morón
al
que
se
habían
mudado
cuando
vivían
en
la
clandestinidad,
a
sólo dos
cuadras
de
la
calle
de
tierra
que
conducía
a
una
villa
y
a
las
vías
del
tren.
A
la
mañana
siguiente
del
secuestro
de
sus
padres,
alguien
de
la
familia
descubrió
que
Albertina
estaba
llena
de piojos
–cuya
filiación
fue
atribuida
por
las
tías
de
Barrio
Norte
a
sus
amigas
de
la
villa-‐
y
la
mandó
a
una
peluquería
donde
le
hicieron
un
corte
de
varón
con
un
jopito
para
un
costado,
tan
masculino
que
un
día
en
que su
abuela
la
llevó
a
un
puesto
de
diarios
a
comprarse
un
gorro
del
Mundial
el
vendedor
le
dijo:
“Éste
es
más
lindo,
es
más
de
pibe”,
y
Albertina
se
ofendió
muchísimo.
Se
llevó
el
otro
sólo
porque
no
le
gustaba
que
la confundieran
con
un
varón.
Todavía
no
había
cumplido
cuatro.
En
el
periodo
de
transición
posterior
a
la
desaparición
de
sus
padres,
unos
meses
de
incertidumbre
en
los
que
se
mantuvo
cierto
contacto
con
ellos
por medio
de
cartas,
llamados
telefónicos
y
visitas
custodiadas
por
el
Ejército,
cuando
toda
la
familia
estaba
vigilada
y
en
un
estado
de
permanente
alerta
a
la
espera
de
noticias,
Albertina
y
sus
hermanas
se
quedaron
a
vivir
con
sus
abuelos Carri
en
un
departamento
muy
grande
de
Barrio
Norte,
pero
después
del
Año
Nuevo
del
78
se
perdió
el
contacto.
Roberto
Carri,
comandante
primero
de
la
estructura
de
Montoneros,
y
Ana
María
Caruso,
comandante
segundo,
nunca
aparecieron;...
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