Bajo las piedras de Vallejo

Páginas: 10 (2487 palabras) Publicado: 31 de julio de 2013

Bajo las piedras de Vallejo

Autor: Jaime Barrios Carrillo

versión electrónica: http://www.elperiodico.com.gt/es/20130707/elacordeon/230715/



Bajo las piedras de Vallejo

Autor: Jaime Barrios Carrillo, Guatemala (1954) escritor y periodista cultural. Reside en Estocolmo, Suecia.

Versión electrónica: http://www.elperiodico.com.gt/es/20130707/elacordeon/230715/


Levantesla piedra que levantes
despojarás a quienes precisan el amparo de las piedras
/Paul Celan (Welchen der Steine du Herbst)

Las piedras no ofenden; nada
codician. Tan sólo piden
amor a todos, y piden
amor aun a la Nada.
/CésarVallejo (Las piedras)

El 15 de abril de 1938, a las nueve y veinte de la mañana, César Vallejo es cubierto por la piedra blanca que había visto en un sueño y que aparece en su celebérrimo soneto de rimas asonantes. Es un día medio lluvioso de primavera y es viernes santo y no el jueves otoñal del soneto. Se cumple, empero, otra profecía personal, traslapada de un pasaje bíblico en lo quehabría afirmado en una ocasión: “No volveré al Perú hasta que quede piedra sobre piedra.”

Tratamos aquí las piedras en el sentido más vallejeano posible, como “penitentes blancuras laceradas”. Bajo esas simbólicas piedras duermen eternamente los restos de las horas conjuntas, diálogos, viajes y vivencias, tanto amor difuminado por seres ahora huérfanos de carne. La canción Sous les ponts de Parisde Vincent Scotto vale como paráfrasis del tiempo y de la nada. En el caso de Vallejo, los puentes parisinos desde donde “astroso, espeluznante”, el poeta contempla al Sena que se desliza por una ciudad “llena de lobos abrazados”. Pero también fluye el tiempo no cronológico, el que siempre “esta ahí” en puentes que unen y desunen espacios opuestos de la conciencia y el sueño.
Scotto compone sufamosa canción en 1931. Por esa época César Vallejo y Georgette Philippart han vuelto a Paris de un periplo europeo que incluye Rusia y en el cual invierten la herencia de ella. Poco después el poeta es expulsado de Francia acusado de comunista y la pareja se traslada a Madrid, capital de la recién proclamada Segunda República Española. Vallejo ve una “república burguesa” pero en España sale de laimprenta su complaciente crónica Rusia en 1931, que se vende bien entonces, y publica también la novela “proletaria” El tungsteno a tono con el realismo socialista. Otros textos más libres y críticos y menos “comprometidos” se quedan en el tintero.

Al año siguiente (1932) están de nuevo en París donde el exilio del poeta tendrá, igual que en tantos de sus temas, un referente alegórico en lapiedra. Como en los primeros versos del poema en prosa “Hallazgo de la vida”:
“Ahora yo no conozco a nadie ni nada. Me advierto en un país extraño, en el que todo cobra relieve de nacimiento, luz de epifanía inmarcesible… No ponga usted el pie sobre esa piedrecilla: quién sabe no es piedra y vaya usted a dar en el vacío…”

Entraba Vallejo poco a poco en un nuevo ciclo de falta de almuerzos yse haría cada vez mayor la ausencia de aleros para las invisibles lloviznas del insomnio. Se siente existencialmente solo, a pesar de la compañía Georgette, y sin embargo quiere “ayudarle a dormir al tuerto próximo”. Debe percibir el ruido invisible de la historia entre el desafío excluyente de la urbe. Podemos imaginar ese sentimiento de extrañeza, de irrealidad que se apodera de él, en medio desu hermética penuria y rodeado de Paris. Escribe en aquel momento:
“Una piedra en qué sentarme
¿no habrá ahora para mí?”

Y en ese ahora vallejeano, como fondo musical, la versión auténticamente parisina de la composición de Scotto, con la letra del hoy olvidado Jean Rodor, tocado por convencionales...
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