Balance literario 2014
La muerte de Gabriel García Márquez y la alianza entre las agencias literarias de Andrew Wylie y Carmen Balcells son los dos acontecimientos cruciales del mundo literario durante 2014. Ambos sucesos se asemejan a las cabezas de un ser mitológico llamado Literatura que está renovándose a costa de apuestas arriesgadas y concesiones no siempre felices. Parececasual la relación entre esas dos noticias pero el tiempo, ese “gran escultor” como lo denominó Marguerite Yourcenar, va labrando sus hechos con mucha precaución. Sobre todo si de asuntos literarios se trata.
Mesa a mes siguieron desapareciendo modos particulares de asumir y comprender el trabajo literario. Con García Márquez partieron Ana María Matute, Nadine Gordimer, José Emilio Pacheco, JuanGelman, Félix Grande y Mark Strand, escritores y poetas cuyos libros han sido también cartillas políticas, herramientas para análisis sociales o mecanismos de cohesión civil. Ya será muy extraño volver a encontrar, durante los años venideros, autores como figuras y referencias colectivas capaces de influir gracias a sus obras al mismo tiempo entre dirigentes y entre naciones enteras. Sin temor aexagerar puede decirse que la estampa del escritor como conciencia de una sociedad dio pasos importantes hacia su extinción en el año que termina.
Curiosamente viejos autores ya consolidados, en cierto modo circunscritos al influjo social y a las lecturas extraliterarias, volvieron a publicar libros este año. Es el caso del checo Milan Kundera quien, tras dieciséis años de silencio, puso en manosde los lectores su novela La fiesta de la insignificancia dando a entender que no ha bajado la guardia, que gracias a él aún podemos hablar sin temores de “novela de ideas” lejos del rubor o de los malos entendidos. En vía paralela ha sido grato el retorno del veterano escritor colombiano Luis Fayad con una novela acerca del país (o de los escombros de país) que dejó el uribismo. Su título nopodía ser más preciso: Regresos. El libro unido al homenaje que se le tributó en Bogotá hacen de Fayad un eje auténtico para nuestra literatura, alejado de los brillos falsos que ofrece la publicidad.
El fallecimiento de García Márquez obligó al periodismo mundial y también a la gente del común a hablar otra vez de literatura. Una futura senadora declaró al Nobel digno del infierno, el funeral fueidéntico al de un estadista y cada colombiano desempolvó su recuerdo personal con el autor de La mala hora. Aparte de estas anécdotas menos macondianas que dignas del teatro del absurdo, un detalle valioso debe mencionarse. Las novelas y cuentos de García Márquez volvieron a leerse.
De todos modos la batuta está siendo empuñada por los mercados. Y no hay visos de que esta situación cambie. Loque va quedando es el interés comercial promovido y azuzado por una industria editorial que empieza a reaccionar ante las demoledoras maquinarias audiovisuales. Debido a esto la alianza entre los agentes Carmen Balcells y Andrew Wylie es la otra gran noticia literaria del año, pese a su escasísima difusión en los medios masivos. Wylie, conocido con el atemorizante apodo de El Chacal, no solorepresenta a muertos ilustres (Borges, entre muchos), también es el responsable de la difusión publicitaria y de los millonarios éxitos en ventas de libros como Mi lucha, la extensa novela testimonial del noruego Karl Ove Knausgärd. En pocas palabras: ha creado un monopolio de representación a escritores en el mundo anglosajón. Quien escriba en inglés y no esté unido a su agencia, seguirá siendo undesconocido. Monopolio parecido pero en Hispanoamérica regenta la señora Balcells, agente de autores que venden libros por millares. El matrimonio de estas agencias producirá fenómenos sin precedentes y aun imprevisibles en sus consecuencias. Un solo canal publicitario para un solo grupo de escritores exclusivos que tendrá la mayoría (si no la totalidad) del cubrimiento mediático desde la prensa...
Regístrate para leer el documento completo.