Baldor

“El tiempo perdido no vuelve”Riflexiones

Leo con satisfacción las recientes declaraciones de Orlando Márquez, director de la revista Palabra Nueva, del Arzobispado de La Habana y también portavoz de esa institución eclesial, en su artículo titulado “La vida no es un ensayo”.

Son declaraciones, que partiendo desde mi punto de vista personal, están dirigidas certeramente a los sentimientoshumanos, que es para mí una de las formas más bellas de proponer, si es que tras ello el resultado final son las buenas intenciones.

Y es que Márquez pone sobre el tapete una cuestión que en los últimos 20 años ha brillado por su ausencia en los discursos oficiales, como si fuéramos marranos, que al decir de otro articulista, solo estamos preocupados por un poco más de frijoles, razón por laque se elevó a nivel de seguridad nacional la alimentación de los cubanos,(no por ello ha mejorado). Lo que pensamos es harina de otro costal que no les interesa a nuestros dirigentes.

Decía Márquez y cito: “La actual propuesta de alcanzar un “socialismo próspero y sostenible” indica, nada más y nada menos, que antes habíamos vivido un socialismo no próspero y no sostenible. Y no es poca cosa,porque el antes significa cinco décadas, el tiempo de más de tres generaciones de cubanos”.

Es decir, que cuando un dirigente se para y afirma que el “antes” no sirvió nos está sugiriendo a los dolientes que todo el esfuerzo sobrehumano de esta población fue vertido en una laguna de oxidación como desperdicio. ¡Que cosas tan triste esa de despilfarrar la vida de tres generaciones por unfuturo tan incierto!

Es juiciosa además esta otra aseveración de Márquez relativa a que los cambios ocurridos hasta la fecha “por ser tantas las carencias y las restricciones acumuladas, resultan apenas perceptibles”, algo así como esa postura del rico que cree entrar al reino de los cielos aportando una mísera limosna a los mendigos cada domingo cuando va a misa.

En el futuro, esos líderes quenos convocan a esta otra batalla del café con leche les sentaría muy bien pensar esta otra declaración de Márquez sobre el tiempo humano que “no se trata de un bien material que puede ser recuperado en otro momento. El tiempo perdido no vuelve, porque nunca lo hemos poseído, no podemos recuperarlo ni adquirirlo en propiedad, tan solo medirlo y ocuparlo bien o mal, nada más”. Otra pena paralamentar, esas tres generaciones la emplearon mal y lo peor es que no aparecen culpables. Y lo que es más triste aún, ¿qué sociedad dejamos a nuestros descendientes?

Y para hacernos más desolada la escena dice Márquez, que se puede hacer en el presente lo que no se hizo en el pasado, pero las ventajas de hacerlo hoy ya no benefician del mismo modo ni a las personas ni a la sociedad, ni tienen lasmismas consecuencias, porque el tiempo de las personas que ya no están entre nosotros, sus energías y capacidad de respuesta, se fueron con ellas, a la tumba o a otro país.

Le faltó incluir el estado de desesperanza y desamparo en que se encuentran los supervivientes jubilados de esas tres generaciones de sacrificio, y ahora ocupan su vejez revisando latones de basura o vendiendo cualquier cosaen las esquinas de las ciudades cubanas. Eso sí, cuando esa desesperanza los enferma o les causa stress pueden acudir “gratuitamente” a un centro de salud pública.

Y estas ideas del aludido comentarista giran en torno a los lineamientos y las reformas aprisionadas por el lema de “sin prisa pero con pausa” lo cual ya califiqué en una ocasión que parecen pertenecer a un nuevo baile de salóncubano.

Pero Márquez peca, bueno, donde unos pecamos otros pescan, recuerden lo de rio revuelto a quien le da la ganancia, y digo peca, porque cuando se anda sin prisa y con pausa, es precisamente cuando no sabemos hacia dónde vamos si se está en la vida civil, cuando se está en una guerra se camina así por un campo de minas. O podemos pensar que sus patrocinadores no saben a dónde se...