Ballet Ruso
El primero que impulsó el ballet en Rusia fue Pedro el Grande (1672-1725), introdujo la danza social como un medio eficaz de propaganda para su política de occidentalización. De la danza de corte a la danza de teatro, el paso fue breve. La emperatriz Ana (1693-1740), fundó la Academia, todavía existente hoy, y confió la dirección al francés Landé; la emperatriz Isabel (1709-1762),puso su confianza en el austriaco Hilferding y Catalina la Grande (1729-1796), en el francés Le Picq, discípulo de Noverre y de Angiolini.
El carácter y el ambiente rusos transformaron el ballet importado por estos maestros extranjeros, porque ya existía entre los ricos nobles la tradición de instruir en la danza compañías de bailarines reclutados entre sus siervos (la servidumbre de la glebano fue abolida hasta 1861) a los cuales se debe el hecho de que perdurase vivo el carácter folklórico y viril de la danza autóctona. El realismo innato del carácter campesino impidió, en efecto, al ballet romántico ruso, degenerar en el decadentismo como había ocurrido en Europa.
Grandes danzarines y danzarinas europeos se exhibieron en los teatros de San Petersburgo y cosecharon éxitos, honoresy riquezas, dejando, en cambio, tras ellos el fermento de la emulación y de la creación. Surgió, en efecto, en breve tiempo, una generación de danzadores rusos entre los cuales se distinguieron Andreyanova, que danzó Giselle, poco tiempo después de su creación, y Danilova.
Pero tres extranjeros impusieron su personalidad a la danza rusa en formación: Marius Petipa (1822-1910), francés deMarsella, el sueco Christian Johannsen (1817-1903) y el italiano Enrico Cecchetti (1850-1928), llamado (el padre del ballet moderno), los cuales dieron origen a una escuela que, según la frase corrientemente repetida, unió la gracia y la exactitud francesa con la agilidad y la destreza italiana, transformadas por el temperamento y el físico ruso.
Marius Petipa desde 1847, año en que asumió ladirección de la Escuela Imperial, hasta su muerte, fue prácticamente el director del ballet, creando 46 originales y 17 nuevas versiones de ballets pertenecientes al repertorio de otros coreógrafos, si bien solamente los que elaboró en colaboración con la música de Tchaikowsky se representan toda vía: El lago de los cisnes, La bella durmiente y Cascanueces.
A diferencia de cuanto había ocurrido enFrancia, donde el lugar preeminente en la dirección del ballet estaba reservado al poeta, en Rusia dominaron el músico y el coreógrafo; en consecuencia, la importancia que alcanzó Petipa fue enorme. No obstante, su larga dictadura tuvo también una influencia negativa porque sus ballets no fueron inmunes a los defectos de la época (solistas y cuerpo de baile danzaban como entidades independientes,hasta el punto de que pasajes enteros del cuerpo de baile podían ser transportados de un ballet a otro) y porque desanimó y desgastó el impulso vital de los talentos jóvenes, oponiendo a sus frescas energías el peso aplastante de una tradición ya cristalizada en fórmulas superadas y formó un gusto que no sabía ir más allá de lo acostumbrado.
Un grupo de jóvenes artistas, pintores, literatos ymúsicos, que hasta entonces habían ignorado, si no despreciado los bailes coreográficos, convertidos con demasiada frecuencia en misceláneas de pésimo gusto, quedó tan impresionado y conmovido por la interpretación que Virginia Zucchi dio a La figlia del faraone, que volvieron su atención a este género de arte. Y porque el slogan del grupo era «el arte para la salvación del arte» (contrapuesto a ladivisa de algunos pintores de temas históricos y anecdóticos como Ilya Repine «el arte para la salvación de la humanidad») y porque habían decidido difundir el arte ruso por el mundo y hacer penetrar en Rusia el arte occidental, acogieron también el ballet en sus programas artísticos. El grupo estaba bien organizado y poseía su portavoz oficial: «El mundo del arte» (Mir Isskoustva, 18991904),...
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