Baloncesto

El esclavismo deportivo

Hace tiempo que creía abolido el esclavismo. Pensaba que era error de épocas pasadas, un recuerdo vago de un pasado sonrojante. Pero no. Durante esta semana he descubiertoque se puede ser esclavo. Esclavo en el baloncesto. Durmiendo en casa, con todo tipo de comodidades, pero sin libertad para elegir, Esa es la base fundamental de un esclavo. Privarle de laposibilidad de elegir.
Para ponernos en situación, y vamos a obviar nombres para no sofocar a nadie, lo cual podría repercutir en la objetividad del que lea este texto. A lo largo del mes pasado he sidoinformado que un chico en edad junior, pretende abandonar un club por no gozar de minutos. Ni minutos ni minuto. Nada. El chico, buscando una solución, encuentra un equipo y, estando de acuerdo elentrenador, pide la baja para ir a buscar minutos a otro equipo y a otra categoría. Una solución al problema para ambos (la fácil, estamos de acuerdo) pero una solución valida. Y una decisión consensuadacon sus padres y tutores.
Al plantearlo al club, este responde con un “NO”. La respuesta al porque es: “política de club, no se dan bajas iniciada la temporada”. Incluso después de insistir,no se consigue esta baja. Política de club.
Ahora pongámonos en la piel de un chico de 16-17 años con ciertas capacidades para jugar al baloncesto. Ciertas capacidades. No las suficientespara vivir de ello. No las suficientes ni siquiera para cobrar por jugar.
Para esta tipología de jugador, jugador de la preferente catalana, es importante la mejora. El quiere mejorar, yluchara cada entreno para ello. Pero también quiere divertirse. Si representáramos en tantos por cientos esto, saldría unos porcentajes que podrían ser estos (aunque soy consciente de lo dañino degeneralizar):
Mejorar capacidades 70%
Diversión 30%
Muy bien. Entendemos que la diversión esta formada por:
Relaciones sociales
Afición al deporte que se practica
Entrenamiento/s
Partido/s

Pues...