balzac

BALZAC.
Capítulo 1.
Un genio de la talla de Balzac, que por su exuberante fantasía puede crear un mundo completo al lado del planeta terreno, solo rara vez es capaz de convencerse siempre apagadoala simple verdad en los episodios insignificantes de su vida privada; todo en el se subordinara al arbitrio soberano y transformador de su voluntad. Y esta autoritaria transfiguración deacontecimientos de su existencia comienza ya en forma característica por un hecho fundamental; general mente inmutable en una vida burguesa: su nombre.

Un buen día más o menos alos 30 años, Balzac revelaal mundo que no se llama Honorato Balzac sino Honorato de Balzac; más aún afirma que siempre le correspondió llevar con pleno derecho esta partícula nobiliaria. Mientras su propio padre, únicamenteen broma y en círculo familiar habían mariposeado alrededor de la posibilidad de quizá tener un lejano parentesco con la antigua familia francesa de los caballeros Balzac de entregue, el hijo.Dueño de tan poderosa fantasía, eleva esta esta fútil presunción, como un desafío a realidad indiscutible. Firma sus cartas y sus libros como de Balzac y hasta hace grabar el escudo de los deentregue en su calesa por el viaje a Viena. Ridiculizado por los colegas nada adictos a la causa d de la ciudad de e esta vanidosa auto adjudicación de un título, contesta los diarios en forma franca yatrevida que su padre había establecido este origen aristocrático mucho antes de su nacimiento; la proposición nobiliario en su partida de nacimiento no tenía por tanto menos valor que las deMontaigne o de Montesquieu.

Por desgracia, en nuestro antipático mundo existe una odiosa e inquisidora enemistad de los áridos documentos contra las leyendas más brillantes de los literatos;dolorosamente, para el amor de Balzac a la verdad aquella acta de nacimiento, triunfalmente citada, se conserva en los archivos de la ciudad de tours,.., pero al lado de su nombre no hay rastros de una sola...