Bancos Del Parque Duarte
Y, en efecto, una protuberancia surge letal con anormalidad de carcinoma o cúmulo de célulascancerosas justo en medio de la estructura de hierro, dividiendo en dos partes el pobre banco.
Tan incordiante y odioso adminículo (evoca una rizada y larga uña siniestra) busca a todas luces impedirque los amantes se tumben cuan largo son en los bancos a refocilarse el uno con el otro y asimismo que los indigentes aniden en ellos, conviertan en cosa propia lo que es sin duda de propiedadpública.
Y hasta aquí todo podría parecer bien, normal y justificable, pero díganme ustedes, qué banco de parque, a lo largo y ancho del mundo conocido, puede considerarse tal sin amantes cuerposrefocilándose cuan largo son en su acogedora estructura, sin un indigente o mendigo o homeless o clochard que se lo apropie y lo haga su cama y su casa.
Más aún, sin indigentes vagos bohemios borrachosamantes… no sólo no hay banco de parque (real y propiamente dicho, así lo creo) sino que tampoco hay parque y desde luego tampoco ciudad que como tal pueda ofrecerse.
Podría parecer un hecho banal,sin la menor importancia ni trascendencia éste de haberle infligido a los bancos de hierro del parque Duarte de la zona Colonial de la ciudad de Santo Domingo, esta horrible y limitadoraprotuberancia en el centro mismo de su acogedora y entrañable estructura.
Pero no lo es en absoluto, por el contrario, es sin duda algo terrible horrible incalificable monstruoso perverso, una acción a...
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