Bankia
Hasta llegar a este punto el rescate de Bankia ha sufrido de demoras, decisiones erróneas y momentos difíciles. Está pendiente desolución el daño de las preferentes, pero en ese daño también está concernido el Gobierno. Hoy es evidente que debió ser intervenida y sus gestores relevados a mediados de 2010, cuando se inyectócapital público por primera vez. También debe ser motivo de reflexión política el hecho de que en 2012, cuando la situación de la entidad era un grave problema para la economía, se aplazaran peligrosamentelas decisiones correctas (intervención, sustitución de Rodrigo Rato y su equipo) por razones que no entendieron la urgencia de la intervención. El caso Bankia demuestra una vez más que cuando seretrasan decisiones económicas de importancia los costes se disparan y el daño se extiende a un mayor número de ciudadanos.
Editoriales anteriores
Dilema en Bankia (01/03/2014)
Desafío al regulador(25/05/2013)
El futuro de Bankia (03/03/2013)
Bankia es un caso de salvación con éxito en parte porque se ha volcado en sus balances una cantidad importante de ayudas públicas. En conjunto, casi...
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