Banqueros
ME PUSIERON APODOS LOS BANQUEROS —dijo el ministro Echeverry con su cara de niño travieso— y creo que hasta me declararon persona no grata.
No era para menos. Hacía muchosaños ningún miembro del alto gobierno se atrevía a calificar de abusivo al todopoderoso gremio financiero. Menos aún sobre el recuerdo, todavía fresco, de un Uribe que tomaba decisiones de Estado al piede la letra dictada por Luis Carlos Sarmiento. Ante los precios excesivos de servicios al usuario, el ministro anunció regulación del Gobierno: “Si hay abuso de posición dominante, si no haycompetencia, tendrá que intervenir”. La decisión quedó incorporada a la reforma tributaria. Quién dijo miedo. Los banqueros pusieron el grito en el cielo. Denunciaron torva incursión del intervencionismocontra la sacrosanta libertad del mercado financiero. Exclamaron que aquellos eran los precios fijados por el mercado, que los bancos no tenían por qué Opinión |7 Feb. 2011 - 10:12 pm
Subsidiarlos en arasdel bien común. María Mercedes Cuéllar, presidenta de Asobancaria, se quejó de una medida que “va contra todo lo que se ha venido haciendo para liberar mercados”. Pero Echeverry no cedió, acasoinspirado en el principio de que el Estado debe intervenir para evitar que el monopolio y la concentración del poder económico aniquilen la libre competencia.
La verdad es que el proceso de liberaciónfinanciera en Colombia, que se gestó en los años 70 y culminó en los 90, eliminó la competencia en el sector. Lo que hay es oligopolio concertado en los clubes sociales, whisky en mano, o sea, monopolio.Sin competencia, se sabe, los magnates se meriendan los mercados y les pasan la cuenta a los usuarios. Mientras tanto, se dedican a negocios de alta rentabilidad especulativa (en la bolsa, en lacompraventa de divisas) y a disfrutar de las ventajas que la Constitución del 91 les dio: prestarle carísimo al Gobierno, con la plata del Banco de la República. La celebrada Carta le prohibió al Banco...
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