BarrioMio: transformar la ciudad informal


Regeneración urbana de los barrios populares de Lima


El problema

Desde mediados del siglo pasado, Lima ha crecido de manera explosiva y sin ningún tipo de planificación, con sucesivas oleadas de migrantes ocupando informalmente el territorio y construyendo la ciudad con sus propias manos. Salvo esfuerzos puntuales, como el SINAMOS que dio a luz a una Villa El Salvador ordenada, y laocupación planificada de Huaycán durante la gestión municipal de Alfonso Barrantes, los barrios populares de Lima, donde hoy habitan alrededor de tres millones de personas, nacieron y se desarrollaron como fruto del esfuerzo popular, sin mayor intervención del estado.

El resultado de esta masiva ocupación informal carente de planificación urbana son vastos barrios-dormitorio, donde la gente vivey duerme, y donde no hay mucho más. Barrios marginados de la ciudad donde salta a la vista su falta de conexión con el resto de la metrópoli y al interior de las mismas zonas, la ausencia de centralidades capaces de generar riqueza e identidad, la vulnerabilidad de sus actuales ocupaciones ante desastres naturales, la indefinición de los límites del crecimiento urbano, y el deterioro de lahabitabilidad entendida como la capacidad tanto del espacio público como de la vivienda para servir de soporte digno a la vida cotidiana.

Estos barrios, cuna de los emprendedores que han hecho de Lima el motor económico y cultural del Perú, no le ofrecen a sus vecinos la calidad de vida que todos merecemos y que ellos se han ganado a pulso—esa calidad de vida que sí puede apreciarse en otros barriosque nacieron y crecieron de manera planificada.

Pero esta situación no solo es un problema de planeamiento urbano. En su raíz, este es un problema institucional, un problema político.

Luego de la terrible crisis económica y política de los años 80 y la extrema liberalización de los 90, las organizaciones populares que habían liderado la ocupación informal del territorio y la construcción delos barrios populares comenzaron un proceso de fragmentación y debilitamiento que continúa hasta el día de hoy. Las organizaciones que representaban a barrios enteros fueron dejadas de lado, sobreviviendo solo las directivas a nivel de AAHH—cada uno de los cuales agrupa, en promedio, apenas 200 familias.

Esta fragmentación de la organización popular fue promovida por el mismo estado y lasorganizaciones políticas de turno, pues es a este nivel que la mayoría de agencias gubernamentales gestionan sus proyectos de inversión—es decir, las obras se planean y ejecutan a la minúscula escala de los AAHH, por lo que cada uno de ellos debe competir con todos los demás para obtener su pequeña obra. Siguiendo la lógica de ‘divide y vencerás’ las autoridades de turno han venido utilizando estafragmentación de las organizaciones populares para tejer sus redes de clientelismo político, donde el estado todopoderoso atiende a sus débiles y pequeños amigos del pueblo.

Tras más de dos décadas de consolidación de esta dinámica vertical, resulta muy difícil lograr que la población y sus líderes piensen a nivel de grandes barrios, y se comprometan a apoyar proyectos mayores, que atienden amucha población, pero que se encuentran fuera de sus propios Asentamientos Humanos. Las dirigencias están acostumbradas a luchar, cada una, por sus propias escaleras, sus propios muros, sus propias losas, sus propios parques, sus propias pistas.

Peor aún, a la extrema fragmentación de la organización popular se suma la extrema fragmentación de responsabilidades entre agencias estatales, y lacompetencia política que suele existir entre estas. Así, las municipalidades distritales y la metropolitana, los ministerios y sus programas de apoyo social, y las empresas estatales y privadas que prestan servicios básicos, son incapaces de coordinar sus inversiones e intervenciones, y compiten entre sí por consolidar sus propias redes de clientelismo político.

Las redes de clientelismo político...