Base Militar
Como parte de la guerra mundial por los recursos, Estados Unidos ha decidido reforzar su presencia militar en América Latina, y para ello ha implementado diversasmedidas, en las cuales se destacan el impulso a la IV Flota para reposicionarse en los océanos del continente, la realización de maniobras conjuntas con ejércitos de la región, y, sobre todo, elestablecimiento de bases militares, como se ha hecho oficialmente en Colombia, y se proyecta hacer también en Panamá.
Este último hecho es de tal relieve que nunca antes un territorio sudamericanohabía alcanzado tal grado de ingerencia militar de los Estados Unidos, ni siquiera en plena Guerra Fría, en la segunda mitad del siglo XX. Pero esa presencia militar también es indirecta mediante elprocedimiento de armar y sostener al incondicional régimen colombiano, para replicar el papel que Israel desempeña en el Oriente Medio. En América Latina se combina una doble estrategia militar:de un lado, obtener bases para efectuar operaciones militares de gran calado que permitan el control territorial de todo el continente latinoamericano y el despliegue rápido hasta Cabo de Hornos,disponiendo de la utilización de lo más avanzado en tecnología bélica (como aviones no tripulados, radares de gran alcance, sistemas satelitales de espionaje, etc.); de otro lado, el no usar lasbases militares como en el pasado, con una gran presencia de tropas propias, sino acudir a los ejércitos locales (v.g. el colombiano) y a grupos de mercenarios y asesinos a sueldo, bautizados conel inocente apelativo de “contratistas”. Eso ha quedado claramente establecido en una de las cláusulas del vergonzoso acuerdo que firmó el ilegal régimen uribista con sus amos estadounidenses el30 de octubre de 2009, en el cual se les concede impunidad absoluta a los militares y mercenarios militares y administrativos que se desplieguen por el territorio colombiano (artículo VIII).
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