Bases Filosoficas
Cronológicamente, la educación de los hijos de caciques y principales fue la primera que se puso en práctica en Nueva España. A “algunos hijos de principales” de Tetzcoco es a los que Pedro de Gante y sus compañeros recogieron para enseñarles “a leer y a escribir, cantar y tañer instrumentos musicales, y ladoctrina cristiana”. Es curioso observar aquí que tal educación minoritarista para grupos dirigentes de la sociedad indígena coincidía con la política educativa de la Corona, que, según hemos visto líneas atrás, en las Leyes de Burgos del 23 de enero de 1513 disponía que hiciesen “mostrar un muchacho, el que más hábil de ellos les pareciere, a leer y a escribir las cosas de nuestra fe” y que “todoslos hijos de los caciques… se den a los frailes de la orden de San Francisco... para que los dichos frailes les amuestren leer y escribir y todas las otras cosas de nuestra santa fe” . Por carecer de datos aclaratorios, no podemos determinar si esta coincidencia fue fortuita o intencionada, es decir, si la primera docencia de los tres flamencos en Tetzcoco fue fruto de las fuerzas coactivas de lasituación del país de aquel entonces que ya conocemos, u obra de premeditación de acuerdo con informes previamente adquiridos por los mismos. ¿Acaso los tres flamencos habían llegado a Nueva España con conocimiento previo de esta voluntad de la Corona? ¿Tal vez se habían enterado de la misma en España o en Santo Domingo? Puede ser que sí, pero carecemos de manera de comprobarlo. Fuese lo que fuese,creemos que fue bastante significativo para el desarrollo posterior de la educación misionera en Nueva España el hecho de que esta comenzase con la instrucción de los hijos de la minoría dirigente de la sociedad indígena, puesto que de esta manera apuntaba, desde un principio, a la enseñanza superior por incluir en su curriculum el leer y escribir, que son la puerta a aquella. Ya sabemos quepronto se sumaron a reforzar este principio de educación minoritarista de Cortes y el propósito firme de los “doce”.
Al principio de este apartado, hemos visto como a pocos días de llegados a la capital de Nueva España, tuvieron los “doce” con los principales y sacerdotes indígenas una serie de entrevistas, en las que les manifestaron su propósito de hacer cargo de educar a sus hijos niños ymozuelos. Su condición privilegiada les permitía tener tal firmeza en la exposición de su intención. Eran ellos expedicionarios apostólicos de carácter oficial tanto de la corona española como de la Santa Sede, y su jefe, Martin de Valencia, venia investido de “toda la autoridad plena del Sumo Pontífice”. Esto les proveía, desde luego, de mayor libertad y autoridad en sus actividades que a los tresflamencos precursores que habían venido solo con el permiso de su prelado de la orden y la aprobación del Emperador. Al mismo tiempo, la autoridad civil ahora se obligaba de modo también oficial a prestar a los “doce” su protección y su favor en cuanto les fuese necesarios. La diferencia que hay entre el caso omiso que Cortes hizo de Gante y sus compañeros, y la ceremoniosidad con que recibió a los“doce” es bien elocuente.
Otra ventaja tenían los “doce”: la de contar con las experiencias valiosas de sus hermanos tanto de las Islas –permanecieron. Por ejemplo, en la Española seis semanas-, como de Tetzcoco. Cuando habían oído y visto les había convencido, se supone, de los útil que resultaba para la misión la educación de niños. Desafortunadamente no conocemos las impresiones que tuvieron los“doce” al ver a los niños educados en los monasterios de las Islas o a los tetzcocanos enseñados por Gante y sus compañeros. El cronista Ixtlilxochitl se limita a hablarnos del “espanto” que les causo el ver como el señor Ixtlilxochitl “se derretía en lagrimas” al oír la misma cantada que dijeron los recién llegados. En todo caso, creemos no equivocarnos mucho al suponer que la petición de los...
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