batalla de palonegro
Después de la victoria de Peralonso, el 15 de diciembre de 1899 el liberalismo hubiera podido abreviar la guerra, consumando la derrota conservadora para marchar sin obstáculos sobre la capital.El generalísimo Vargas Santos, dueño de una victoria que no le pertenecía, ya que era consecuencia de una arremetida del general Rafael Uribe Uribe, no solo consideró deshonroso perseguir al grueso del ejército del gobierno en desbandada, sino que ordenó retroceder y armar tolda en Cúcuta, a muchos kilómetros del sitio de la batalla. Allí, por más de tres meses, el ejército altivo que venció enPeralonso se adormeció y se descompuso entre las querellas internas y la inacción militar.
Cuando por fin en febrero, espantando el sopor, el zancudo y las fiebres, el Generalísimo decidió empezar pequeñas escaramuzas, ya que el ejército conservador, renovado, fresco y bien pertrechado, bajo el mando del general Próspero Pinzón, le había cerrado todas las salidas posibles.
En las tinieblasEl 11 de mayo de 1900 llegaron las avanzadas liberales a las estribaciones de la cordillera de Canta, en inmediaciones de Bucaramanga y Lebrija, y allí se dio inicio a la más prolongada batalla de la guerra. Quince días de combates en un frente de 26 kilómetros de trincheras pegadas a la agreste topografía de los cerros de Palonegro. Allí, la victoria pendulaba con cada metro que se avanzaba oretrocedía, y donde machetes y yataganes hicieron calamidades entre los bandos.
Al sol canicular, al calor sofocante, a la falta de pertrechos, a la carencia de 'ambulancias' eficientes y a las cantimploras llenas de una mezcla de aguardiente con pólvora, se unió la brutalidad del combate, donde el arma blanca amputaba miembros y hendía las carnes condenando a sus víctimas a una muerte lenta entrelas zanjas. Mucho antes que terminara la batalla, el hedor de los muertos que compartían trinchera con los vivos apestaba la región, y ensombrecía el cielo de aves carroñeras, muchas ancladas en tierra porque el peso de sus banquetes era mayor que la fuerza de sus alas.
Pasada la batalla, los médicos que atendieron los heridos y amontonaron los muertos dejaron relatos escalofriantes de labrutal saña con que los colombianos estaban decididos a matarse. Padres muertos encima de sus hijos adolescentes, habitantes de la región pillando las miserias de los muertos, miles de cadáveres cubiertos de moscas que desovaban y comían para multiplicar su especie y mujeres recogiendo, como en un rompecabezas, los pedazos de sus deudos para sepultarlos completos, o aquellas que trataban de imaginar,entre los cuerpos desfigurados por la hinchazón, algún rasgo que los identificara con sus seres queridos.
Unos 2.500 muertos es la cifra de algunos (1.500 liberales y 1.000 conservadores). Este es el saldo de la batalla que el 26 de mayo tocó su fin cuando los liberales empezaron a abandonar sus posiciones para entrar en otro laberinto de muerte y de tristeza.
Guerra irregular
De todas lasrutas de escape, el generalísimo Vargas Santos optó por la más deletérea: la selva de Teorama. Allí el liberalismo les dejó a las fieras y a las fiebres lo último que le quedaba de la altiva fuerza que había triunfado en Peralonso.
Ese día, el 26 de mayo de 1900, el destino de Colombia cambió para siempre, a partir de ahí todo se hizo peor de lo que pudiera haber sido imaginado. El futuro de...
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