Baudrillard piensa

El crimen perfecto
En esta entrevista, el filósofo francés Jean Baudrillard reflexiona sobre los intelectuales y la peligrosa banalidad de Loft Story, versión francesa de Gran Hermano, el reality show televisivo
Miércoles 18 de julio de 2001 | Publicado en edición impresa 
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Jean Baudrillard. Foto F. Mantovani / OpaleVer mas fotos
Todo haterminado, o mejor, todo está por terminar:el arte, el intelectual, la política, la sociedad y hasta la realidad. Pero no todo está perdido. Una hermosa paradoja. Después de haber atravesado el pensamiento radical de Jean Baudrillard, no hay tiempo para deprimirse, porque en el fondo el fin de todo no hace sino anunciar el comienzo de una nueva aventura. A los 72 años, el filósofo, ensayista, exsociólogo comprometido en la investigación de las señales que surgen del capitalismo maduro y del mundo de la comunicación, sigue decretando la muerte de los valores que pensábamos acertados pero nos invita, al mismo tiempo, a no darnos por vencidos. A lo largo del tiempo, sus requisitorias han dado en el blanco con la determinación de quien no ama las medias tintas. Sin embargo, es un señor tranquilo, demirada severa pero paternal e irónico, sentado en un sillón de su elegante departamento de Montparnasse. Su última reflexión, aparecida en el diario Libération, puso contra las cuerdas al programa de televisión más amado por sus compatriotas: Loft story , la versión francesa de Gran Hermano, matizada con episodios erótico-sexuales, que acaba de terminar y que ha movilizado a políticos,intelectuales y hasta sindicatos en defensa de la "dignidad humana" y contra la "prostitución de la imagen".
-¿Cuál es su opinión sobre los reality shows ?
-Pienso que hemos sustituido la dimensión histórica e ideológica por la banalidad absoluta. Heidegger decía que el precipicio del que el hombre no será redimido es la banalidad. Estamos en ella. Nuestro objeto de contemplación y de deseo es labanalidad cotidiana: nuestro objeto sexual no es el sexo o el voyeurismo pornográfico, sino la curiosidad y la penetración en el santuario de la banalidad.
-¿Este fenómeno forma parte de lo que usted llamó el "crimen perfecto", o sea el continuo atentado de lo virtual contra la realidad?
-Sí, es una parte del delito perfecto que se está perpetrando. Se trata de un proceso que llama a la aniquilaciónde la seducción, del símbolo, de la ironía; un fenómeno de exterminio progresivo del mundo real en favor de un mundo hiperreal y perfecto que es la reproducción de aquél. Loft Story es el episodio más reciente, pero seguramente no será el punto final. Por otra parte, es una historia que comenzó en los años 50, cuando Lefebvre hacía su crítica de la vida cotidiana. Ya entonces se advertía que lahistoria cedía su espacio a la cotidianidad, a la banalidad existencial.
-Sin embargo, la historia es interrogada y cuestionada continuamente...
-Es una vuelta de tuerca en términos de blanqueo y de reparación, lo que no significa afrontar una dimensión histórica, sino rehabilitar, conmemorar. También esto es parte de la banalización. Los hechos históricos son aislados de su contexto y seconvierten en el objeto de una crónica banal. El pasado aparece como una especie de Disneylandia, de parque de diversiones. Como en los reality shows, hay una suerte de vértigo, de negación de la culpa. Todo esto no es un proceso lleno de exaltación, sino un desengaño profundo, una desilusión.
-¿Se puede esperar que se trate simplemente de una moda?
-Hoy todo es moda. Pero no estamos ante unepisodio efímero. Más bien es parte de un proceso implacable que llegará a consecuencias extremas. Habrá permanentes altos y bajos en términos mediáticos, pero esta interactividad continuará. Piense que la confesión psicológica en público está desde hace treinta años en la televisión y, como se sabe, la pantalla es un medio para volver superficial la realidad. Hay premisas y desarrollos que siguen la...