Beatas, visionarios e imperialismo eclesiástico: maría de pizarro, fray francisco de la cruz y otras inquisiciones

Beatas, visionarios e imperialismo eclesiástico: María de Pizarro, Fray Francisco de la Cruz y otras inquisiciones.

Ponencia presentada en la Primera Conferencia de la Asociación de Estudios Bolivianos en Marzo del 2002 en Nueva Orleans, Louisiana.

Daniel Castro, Southwestern University
Georgetown, Texas

Esta ponencia es un intento de examinar la manera en que la imposición de un nuevoorden religioso y la instalación de la Inquisición , decretada por Felipe II como consecuencia del Concilio de Trento, contribuyó a la creación de nuevos híbridos religiosos en el mundo andino.
Desde su fundación Inquisición peruana del siglo dieciséis, al igual que su contraparte española tenía instrucciones concerniente a la necesidad de capturar herejes y otros sospechosos de la fe.También había sido comisionada por Felipe con la misión de llevar a cabo "[el] augmento de nuestra santa fe católica, deseando la ampliación y propagación de la religión cristiana, y que las dichas provincias por Dios a Nos encomendadas, sean libres e preservadas de todo error y sospecha de toda herejía." [1] Al decretar la fundación de las inquisiciones americanas, Felipe se aseguraba de queademás de otras formas de dominio imperial en el Nuevo Mundo la Inquisición cumpliría la función de un "ejercito de Dios" cuya función era el apoyar y propugnar un nuevo modo de imperialismo eclesiástico al tiempo que defendía la "fe verdadera" contra los embates de los numerosos "desviados," imaginados y reales, en las nuevas posesiones.
Resulta difícil el imaginar lo que debe haber sentido FrayServán de Cerezuela, el encargado de establecer el primer Tribunal del Santo Oficio en Lima en 1569, al entrar en contacto con la emergente sociedad metropolitana del virreinato peruano. Aun hoy es difícil imaginarse como el inquisidor y sus oficiales podrían haberse preparado para enfrentar las idiosincrásicas variaciones de tradicionales desviaciones y herejías, exacerbadas y matizadas aunmas por prácticas culturales regionales y la nueva e híbrida visión sociocultural que comenzaba a perfilarse en las colonias.
A pesar de las desventajas de encontrarse en un medio relativamente desconocido, los inquisidores comenzaron a recuperar el tiempo perdido trabajando jornadas relativamente largas de "seis y hasta siete horas al día." [2] Durante el inicio de sus labores el Santo Oficiose limitó a examinar casos tradicionales de blasfemia, bigamia, pronunciar palabras "dudosas" además de la persecución de confesos, término usado en los archivos inquisitoriales para identificar a los conversos.[3] Sin embargo, al finalizar su segundo año de trabajo, la Inquisición de Lima se vio envuelta en uno de los mas sensacionales y definitorios casos de toda su historia, el caso de DoñaMaría Pizarro, una lejana pariente del conquistador del Perú, el dominico Fray Francisco de la Cruz y otros distinguidos dominicos y jesuitas.
Tal vez el caso hubiera pasado desapercibido por los miembros de un atareado tribunal de no haber sido alertados por una carta de Fray Alonso Gasco, prior del convento dominico de Quito. En la carta, el padre Gasco daba cuentas de una extraña experienciaque había sufrido en Lima hacía unos años. El padre relataba la historia de "una moça que dice ver sanctos con lo qual ella y los demonios han engañado a muchas personas …y a mi." [4] adjuntaba a la carta " un cuaderno manuscrito que contenía algunos exorcismos que el demonio, con nombre de santos, le había dictado…" [5] Al detectar la gravedad de la situación, el obispo envío la carta al SantoOficio limeño. En la carta Gasco implicaba a sus hermanos dominicos, Pedro de Toro y Francisco de la cruz, lo mismo que al jesuita Luis López y Jerónimo Ruiz de Portillo.
Para fines de 1572, todos los personajes involucrados en este asunto estaban en manos de la Inquisición. Fray Francisco fue arrestado en enero de ese año, fue seguido por Gasco en mayo, Pedro de Toro en julio y María...