Becquer_LaCorzaBlanca

Páginas: 28 (6916 palabras) Publicado: 26 de septiembre de 2015
La corza blanca
(Leyenda)
Gustavo Adolfo Bécquer (1836-1870)
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La corza blanca
(Leyenda)
Gustavo Adolfo Bécquer (1836-1870)
Gustavo Adolfo
I

Domínguez Bastida
(Sevilla, 17 de febrero de

Aconteció una vez a este caballero, hallándose en su
favorita diversión acompañado de su hija, cuya belleza
singular y extraordinaria blancura le habían granjeado el
sobrenombre de Azucena, que como se les entrase a más
andar el díaengolfados en perseguir a una res en el monte
de su feudo, tuvo que acogerse, durante las horas de la
siesta, a una cañada por donde corría un riachuelo,
saltando de roca en roca con un ruido manso y agradable.
Haría cosa de unas dos horas que don Dionís se
encontraba en aquel delicioso lugar, recostado sobre la
menuda grama a la sombra de una chopera, departiendo
amigablemente con sus monteros sobre lasperipecias del
día, y refiriéndose unos a otros las aventuras más o menos
curiosas que en su vida de cazadores les habían
acontecido, cuando por lo alto de la más empinada ladera y
a través de los alternados murmullos del viento que
agitaba las hojas de los árboles, comenzó a percibirse, cada
vez más cerca, el sonido de una esquililla semejante a la del
guión de un rebaño.
En efecto, era así, puesa poco de haberse oído la esquililla
empezaron a saltar por entre las apiñadas matas de
cantueso y tomillo, y a descender a la orilla opuesta del riachuelo,

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1836 – Madrid, 22 de
diciembre de 1870), más
conocido como Gustavo
Adolfo Bécquer, fue un
poeta y narrador
español, perteneciente
al movimiento del

La corza blanca (Leyenda)

En unpequeño lugar de Aragón; y allá por los años de mil
trescientos y pico, vivía retirado en su torre señorial un
famoso caballero llamado don Dionís, el cual después de
haber servido a su rey en la guerra contra infieles,
descansaba a la sazón, entregado al alegre ejercicio de la
caza, de las rudas fatigas de los combates.

Romanticismo, aunque
escribió en una etapa
literaria perteneciente alRealismo. Por ser un
romántico tardío, ha sido
asociado igualmente con
el movimiento
Posromántico.




1

hasta unos cien corderos blancos como la nieve, detrás de los cuales, con su caperuza calada
para libertarse la cabeza de los perpendiculares rayos del sol, y su atillo al hombro en la punta de
un palo, apareció el zagal que los conducía.
-A propósito de aventuras extraordinarias -exclamó alverle uno de los monteros de don Dionís,
dirigiéndose a su señor-: ahí tenéis a Esteban el zagal, que de algún tiempo a esta parte anda
más tonto que lo que naturalmente lo hizo Dios, que no es poco, y el cual puede haceros pasar
un rato divertido refiriendo la causa de sus continuos sustos.

La corza blanca (Leyenda)

-¿Pues qué le acontece a ese pobre diablo? -exclamó don Dionís con aire decuriosidad picada.
-¡Friolera! -añadió el montero en tono de zumba-: es el caso que, sin haber nacido en Viernes
Santo, ni estar señalado con la cruz, ni hallarse en relaciones con el demonio, a lo que se puede
colegir de sus hábitos de cristiano viejo, se encuentra, sin saber cómo ni por dónde, dotado de la
facultad más maravillosa que ha poseído hombre alguno, a no ser Salomón, de quien se dice quesabía hasta el lenguaje de los pájaros.
-¿Y a qué se refiere esa facultad maravillosa?
-Se refiere -prosiguió el montero- a que, según él afirma, y lo jura y perjura por todo lo más
sagrado del mundo, los ciervos que discurren por estos montes se han dado de ojo para dejarle
en paz, siendo lo más gracioso del caso que en más de una ocasión los ha sorprendido
concertando entre sí las burlas que han...
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