Belgrano
A fines de 1793 el gobierno encomendó las responsabilidades del Consulado a un jovende 23 años, que acababa de recibirse de doctor en Leyes en España: Manuel José Joaquín del Corazón de Jesús Belgrano. Llegaba un poco enfermo, producto de una sífilis quecontrajo en Madrid, y por ese motivo en más de una oportunidad tuvo que solicitar licencias y trasladarse a descansar a San Isidro o cruzar a Maldonado donde -es muy probable-,habrá caminado por las extensas playas de lo que es hoy Punta del Este.
Las medidas que tomó Belgrano favorecieron el comercio de Buenos Aires y es probable que a comienzosdel siglo XIX, de haber existido las encuestas de opinión, hubiera obtenido altos porcentajes de imagen positiva. Sin dudas, el cargo le calzaba a la perfección. Sin embargo,las invasiones inglesas torcieron su destino. Belgrano fue nombrado capitán y participó al frente de sus hombres en la Defensa de 1807. Regresó luego a sus actividades deescritorio hasta que en 1810 participó activamente en la Semana de Mayo e integró el primer gobierno patrio. Sin perder tiempo, renunció a su sueldo como vocal de la Junta. Debiócalzarse otra vez el uniforme y comandar una expedición para convencer (por las buenas o por la fuerza) a los vecinos paraguayos de que debían plegarse a la revolución porteña.
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