Belleza Dominada

Belleza dormida
El águila y la golondrina
Rachel Lindsay




Belleza dormida (1989)
En Harmex: El águila y la golondrina (1988)
Título Original: My sister’s beeper (1979)
Editorial: Harlequin Ibérica
Sello / Colección: Jazmín 633
Género: Contemporánea
Protagonistas: Bertrand Scott y Ella Channing
Argumento:
—Eres una cobarde, Ella. No sólo temes al amor, sino a la vida. Por esotienes celos de Fiona.
Esas fueron las palabras duras y dolorosas que Ella escuchó de Scott, el hombre que la atrajo desde su primer encuentro.
¿Llegaría a convencerlo de que estaba equivocado, que lo que sentía por su hermana menor era un sentimiento genuino de protección? Y aún más importante, ¿cómo podría dominar la atracción hacia él?
Capítulo 1
Ella Channing levantó la vista del fregadero,retiró de su frente un mechón de pelo húmedo y contempló la bahía a través de la ventana. La línea de la costa parecía estar lo suficiente cerca para tocarla. Sin embargo, se hallaba a cien metros y únicamente se podía llegar a ella caminando. Una vez allí podía uno sentarse en la playa desierta y mirar a la izquierda hacia Antibes, y hacia la derecha Juan-les-Pins, lugares llenos de vacacionistasque no habían descubierto la ensenada secreta.
Incluso Gabrielle Michard, la hermosa dama para quien Ella trabajaba, prefería tomar el sol en la terraza de su casa o en las rocosas pero muy de moda playas de Cap d’Antibes o St. Jean Cap Ferrat. Sólo Ella y su hermana menor, Fiona, visitaban ese agradable tramo de la costa.
Ella frunció ligeramente el ceño al pensar en Fiona. La joven había sidoun problema desde que su madre falleció y su papá aceptó con precipitación un empleo en Sudamérica de donde retornaba cada dos años para pasar un par de semanas con sus hijas, asegurándose de que tuvieran suficiente dinero en el banco.
Cuando todavía su madre vivía, la vida de Ella había sido casi igual ya que la señora Channing había sido tan irresponsable como su marido y dejaba a sus hijaspor meses mientras acompañaba a su cónyuge en los viajes al exterior. Aunque su muerte fue un choque emocional, ambas se recuperaron rápidamente.
En los años que siguieron, sin embargo, Ella ocasionalmente deseaba contar con una persona mayor en quién apoyarse.
Con un suspiro siguió con los platos y colocaba el último cuando la causa de su inquietud entró. Fiona, a sus diecinueve años, era unajoven atractiva, alta, delgada, con cabello rubio, pestañas oscuras, ojos azules y delicadas facciones; la imagen de lo que los extranjeros consideraban la típica belleza inglesa. Ella, por otro lado, tenía cabello castaño y piel bronceada por el sol, por lo que frecuentemente la catalogaban como latina.
—Te he estado esperando afuera mucho tiempo —se quejó la hermana menor.
—Tenía que lavar ycolocar las cosas en su lugar.
—Si no llegamos a la playa pronto, no valdrá la pena ir.
—¡Son las tres de la tarde! —Ella protestó—. Sinceramente no sé por qué quieres ir a Juan en un día tan caluroso como éste. Es más agradable abajo en la ensenada.
—¡Pero también es tan aburrido como un cementerio! —exclamó Fiona—. Cuando menos en Juan veremos gente.
—¡Quieres decir que la gente te verá a ti!—Ella sonrió, y quedó satisfecha cuando su hermana regresó la sonrisa.
Ella se quitó el delantal y lo colgó atrás de la puerta. Sería un error culpar a Fiona por su carácter. Si había culpa en alguien, era en sí misma. Sin embargo, resultaba difícil no echar a perder a alguien que por años había padecido fuertes ataques de asma, que podían ser ocasionados por tensión o presiones. Por eso, Ellaprotegía a su hermana de todo lo desagradable y Fiona ahora confiaba en que siempre sería así. Ella la miró y los ojos azules le regresaron la mirada con arrepentimiento.
—Debí haberte ayudado con la limpieza, ¿cierto?
—Sí.
—Soy una tonta —Fiona pasó el brazo sobre los hombros de su hermana—. No puedo imaginar cómo me soportas.
—Hay algunos momentos en que yo tampoco sé cómo lo hago.
—No...