Benassar. la pobreza
BENASSAR. Bartolomé (1982): “ La parte de los pobres...y la de los pícaros ”
Resumen y valoración personal
Resumen
El texto del prominente historiador e hispanista francés Bartolomé Benassar, forma parte del libro La España del Siglo de Oro publicado en 1982. Benassar el La parte de los pobres...y la de los pícaros ilustra sobre elestado de la pobreza a lo largo del siglo XVI y analiza las distintas soluciones que se implantaron para intentar reducirla.
A finales de siglo, en 1598 el bachiller Cristóbal Pérez de Herrera publicaba sus “Discursos para la protección de los verdaderos pobres, la eliminación de los simuladores, la fundación y el refugio de los pobres” que aportaba luz en un momento de apasionado debate sobrecómo abordar la problemática del pauperismo.
Setenta años antes el humanista y reformador valenciano Juan Luis Vives escribió para los cónsules y el senado de Brujas “Del socorro de los pobres”. En su obra más que proponer nuevas soluciones recopilaba experiencias aplicadas en Nuremberg, Estrasburgo o Ypres. Se gestaba pues, una nueva forma de entender la pobreza, desde su significado a la maneraa tratarla, desde el papel de la iglesia hasta la asunción de la responsabilidad por parte del estado. Substituir el derecho del mendigo a la limosna por el derecho del pobre al trabajo. La Iglesia, con planteamientos más asistenciales, se veía complementada por el Estado con su intervención.
El problema de la pobreza se polariza. Hay pobres pero dentro de los mismos también hay vagos. Existenposibilidades de trabajo en ciudades manufactureras como Segovia, Ávila, Cuenca o Toledo. Aparecen voces que exigen diferenciar entre los ociosos y los mendigos válidos que no querían trabajar. Aparecen quejas de las clases urbanas dominantes al respecto y se radicalizan los mensajes como el de Alejo de Venegas, en su Agonía del tránsito de la muerte (1537) en el que afirma que los ociosos roban alos pobres auténticos su limosna al no querer trabajar cuando están capacitados. La hostilidad hacia los ociosos crece y aparecen medidas legislativas contra ellos. Ciudades como Valladolid, Salamanca y Zamora, primero dictaron ordenanzas para reglamentar la mendicidad. Carlos V incluso la proscribió.
En sentido contrario aparecen defensores del derecho de los pobres a disponer de sí mismos,como el dominico Domingo de Soto en Deliberación sobre la causa de los pobres. Defiende el derecho a elegir vivir como viven antes que trabajar en oficios tan viles como los que se le plantean. Claramente un debate existencial. A semejantes opiniones, y de manera contrapuesta, el benedictino fray Juan de Robles, alias Juan de Medina, Publica De la ordenación que se ha instaurado en las limosnaspara socorrer a los verdaderos pobres en algunas ciudades de España. En ella opina que es indispensable discriminar entre los pobres auténticos y los simulados. Llega incluso a sugerir la secularización de la beneficencia. La ordenanza, lamentablemente, fue cayendo en desuso poco a poco.
En 1565 la nueva ordenanza, superando el fracaso de la ley de 1540, se presenta como una nueva reglamentaciónpara la recogida de los pobres y el socorro de los verdaderos. Proponía un censo parroquial de los pobres incapacitados y les otorgaba un certificado de mendicidad. Proponía castigos para los mendigos validos.
Es normal que la pobreza aumente a raíz de las diferentes, y esporádicas, sequías y epidemias. Igual pasa en diferentes países aunque no necesariamente en los mismos años. Lo lamentable esque el pauperismo no decaiga en épocas de bonanza cuando falta mano de obra manufacturera. Es para atajar ese problema que el Estado intenta regular la mendicidad progresivamente, dando bandazos, desde perseguirla, hasta identificar la gravedad de la misma discriminando los ociosos de los verdaderos, pasando por el otorgamiento de certificados o la reconducción hacia los hospitales o el...
Regístrate para leer el documento completo.