Luego que terminó la administración del Sr. Álvarez, con la separación de este jefe y con la renuncia de los que éramos sus Ministros, el nuevo Presidente organizó su gabinete nombrando, como era natural, para sus Ministros 3 personas del círculo moderado. En honor de la verdad y dela justicia debe decirse que en este círculo había no pocos hombres que sólo por sus simpatías alGral. Comonfort oporque creían de buena fe que este jefe era capaz de hacer el bien a su país estaban unidos a él y eran calificados como moderados; pero en realidad eran partidarios decididos de la revolución progresista de lo que han dado pruebas irrefragables después, defendiendo con inteligencia y valor los principios más avanzados del progreso y de la libertad, así como también había muchos que aparecían en elPartido Liberal como los más acérrimos defensores de los principios de la revolución; pero que después han cometido las más vergonzosas defecciones pasándose a las filas de los retrógrados y de los traidores a la Patria. Es que unos y otros estaban mal definidos y se habían equivocado en la elección de sus puestos. La nueva administración en vista de la aceptación general que tuvo la ley del 23de noviembre sevio en la necesidad de sostenerla y llevarla a efecto. Se me invitó para que siguiera prestando mis servicios yendo a Oaxaca a restablecer el orden legal subvertido por las autoridades y guarnición que habían servido en la administración del Gral. Santa Anna, que para falsear la revolución habían secundado el plan del Gral. Carrera y que por último se habían pronunciado contra la leysobre administración de justicia que yo había publicado. Tanto por el interés que yo tenía en la subsistencia de esta ley, como porque una autoridad legítima me llamaba a su servicio, acepté sin vacilación el encargó que se me daba, y a fines de diciembre salí de México con una corta fuerza que se puso a mis órdenes. Al tocar los límites del Estado los disidentes depusieron toda actitud hostil,ofreciendo reconocer mi autoridad. El día 10 de enero dé 1856 llegué a la capital de Oaxaca y desde luego me encargué del mando que el Gral. don José María García me entregó sin resistencia de ninguna clase. Comencé mi administración levantando y organizando la guardia nacional y disolviendo la tropa permanente que ahí había quedado porque aquella clase de fuerza, viciada con los repetidos motinesen que jefes ambiciosos y desmoralizados, como el Gral. Santa Anna, la habían obligados tomar parte, no daba ninguna garantía de estricta obediencia a la autoridad y a la ley y su existencia era una constante amenaza a la libertad y al orden público. Me propuse conservar la paz del Estado con sólo mi autoridad de Gobernador para presentar una prueba de bulto de que no eran necesarias lasComandancias Generales cuya extinción había solicitado el Estado años atrás, porque la experiencia había demostrado que eran no sólo inútiles sino perjudiciales. En efecto, un Comandante General con el mando exclusivo de la fuerza armada e independiente de la autoridad local, era una entidad que nulificaba completamente la soberanía del Estado, porque a los Gobernadores no les era posible tener una fuerzasuficiente para hacer cumplir sus resoluciones. Eran llamados Gobernadores de Estados libres, soberanos e independientes; tenían sólo el nombre, siendo en realidad unos pupilos de los Comandantes Generales. Esta organización viciosa de la administración pública fue una de las causas de los motines militares, que con tanta frecuencia se repitieron durante el imperio de la Constitución de 1824.Sinembargo, como existían aún las leyes que sancionaban semejante institución y el Gobierno del Sr. Comonfort a pesar de la facultad que le daba la revolución no se atrevía a derogarlas, dispuso que en el Estado de Oaxaca continuaran y que yo como Gobernador me encargase también de la Comandancia General que acepté sólo porque no fuese otro jefe a complicar la situación con sus exigencias, pues...
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