Berisso La econom a y el maldito car cter pol tico de su objeto 2008 V2

LA ECONOMÍA Y EL MALDITO CARÁCTER POLÍTICO DE SU OBJETO
Osvaldo J. Berisso (FCE/UBA, IIE/FCEyE/UM)

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A la memoria de Jorge Schvarzer, que discrepando, como siempre,
supo decir que la economía es una ciencia, pero una ciencia política

Para que la filosofía de la ciencia equipare sin prejuicios la jerarquía de los usos metodológicos en
ciencias sociales y naturales debe caer la pretensión deneutralidad como condición de la objetividad
científica en general. Todo conocimiento científico pertenece a un cierto marco histórico y político
desde que su existencia y progreso resultan de las mismas necesidades sociales y dependen de los
mismos agentes que explican la dinámica de la superestructura política e ideológica, esfera donde la
ciencia se incluye con un rol crecientemente protagónico.Este artículo plantea que las características políticas de la ciencia económica, propias también de las
demás ciencias sociales, explican la pluralidad de escuelas en competencia y resultan inseparables
de su objeto de estudio. Sin embargo, los estudios sociales resultan cuestionados y, a veces, incluso
privados de sus méritos científicos por traslucir permeabilidad y funcionalidad respecto de losdebates
ideológicos y políticos emergentes del conflicto social.
Los criterios metodológicos que fundamentan la discriminación parten de un pretendido paradigma de
la física constituido en modelo mistificador cuya función latente es ocultar las raíces políticas e
ideológicas que sostienen a las investigaciones científicas tanto en el campo de lo social como en el
de lo natural.

1. Presunción deneutralidad y discriminación
Las definiciones standard de ciencia aluden al estudio de la realidad de acuerdo con métodos
objetivos a fin de obtener conocimientos contrastables y comunicables en forma de teorías y modelos
que permitan formular pronósticos acerca de los procesos naturales y sociales. Este abordaje deja de
lado la finalidad esencial que comparte la ciencia con conocimientos decualquier clase: el
conocimiento científico debe resultar útil a la sociedad. Y es justamente en virtud de esta esencia
social de la ciencia que la misma obedece a los intereses sociales que definen el contenido de su
utilidad, que la motivan, la nutren y la condicionan desde su nacimiento y a lo largo de su desarrollo.
En ese contexto, el supuesto de neutralidad, tributario de la objetividadcientífica, se determina como
mero elemento ideológico orientado a encubrir la función política real o potencial del sistema
institucionalizado de investigación científica en relación con intereses sociales en conflicto.
En consonancia con esa noción y con ese rol, el supuesto paradigma de la física con el que se suele
opacar el valor de las ciencias sociales se revela como construcción ideológica,apologética y
mistificadora de las teorías naturalistas en tanto que se las presenta como independientes respecto
de toda subjetividad y políticamente neutrales, desalentando la crítica desnaturalizadota,
humanizadora, que amenaza el mito desde la sociología de la ciencia. El reconocimiento de la
trayectoria de diversas ciencias sociales, su equiparación jerárquica en cuanto a madurez
metodológica con lasciencias naturales, supone por eso denunciar la hipocresía del requisito de
neutralidad frente a intereses y valores como condición para hacer ciencia.
La ciencia funge como recurso ideológico en un contexto de luchas políticas donde la supuesta
objetividad derivada de su metodología alumbraría verdades más firmes que sus predecesores, los
dogmas religiosos y morales tradicionales, muy debilitadosluego de haber servido a la construcción
de poder durante milenios. “Que nadie diga que la ciencia, por ser puramente teórica, no tiene nada
que ver con la acción y la política […] La conexión entre teoría y política siempre debe ser tomada en
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consideración” .
Desde siempre, la ciencia moderna se postuló como usina ideológica alternativa al dogma. Su tarea
es generar ideas útiles acerca del...