bernarda
Mendiga: Siempre me las dan.
Criada: Fuera de aquí. ¿Quién os dijo que entrarais? Ya me habéis dejado los pies
señalados. (Se van. Limpia.)Suelos barnizados con aceite, alacenas, pedestales, camas
de acero, para que traguemos quina las que vivimos en las chozas de tierra con un plato
y una cuchara. ¡Ojalá que un día no quedáramos niuno para contarlo! (Vuelven a sonar
las campanas) Sí, sí, ¡vengan clamores! ¡venga caja con filos dorados y toallas de seda
para llevarla!; ¡que lo mismo estarás tú que estaré yo! Fastídiate,Antonio María
Benavides, tieso con tu traje de paño y tus botas enterizas. ¡Fastídiate! ¡Ya no volverás a
levantarme las enaguas detrás de la puerta de tu corral! (Por el fondo, de dos en dos,empiezan a entrar mujeres de luto con pañuelos grandes, faldas y abanicos negros.
Entran lentamente hasta llenar la escena) (Rompiendo a gritar) ¡Ay Antonio María
Benavides, que ya no verás estasparedes, ni comerás el pan de esta casa! Yo fui la que
más te quiso de las que te sirvieron. (Tirándose del cabello) ¿Y he de vivir yo después
de verte marchar? ¿Y he de vivir?
(Terminan deentrar las doscientas mujeres y aparece Bernarda y sus cinco hijas)
Bernarda: (A la Criada) ¡Silencio!
Criada: (Llorando) ¡Bernarda!
Bernarda: Menos gritos y más obras. Debías haberprocurado que todo esto estuviera
más limpio para recibir al duelo. Vete. No es éste tu lugar. (La Criada se va sollozando)
Los pobres son como los animales. Parece como si estuvieran hechos de otrassustancias.
Mujer 1: Los pobres sienten también sus penas.
Bernarda: Pero las olvidan delante de un plato de garbanzos.
Muchacha 1: (Con timidez) Comer es necesario para vivir.Bernarda: A tu edad no se habla delante de las personas mayores.
Mujer 1: Niña, cállate.
Bernarda: No he dejado que nadie me dé lecciones. Sentarse. (Se sientan. Pausa)
(Fuerte) Magdalena, no...
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