Beto

Meses atrás, en ocasión del X Congreso Argentino de Obesidad (SAOTA) tomamos conocimiento del estudio realizado por CESNI sobre el patrón de ingesta de bebidas en población infantil y adulta.
Pocose conocía hasta ese momento acerca del mismo; apenas alguna información basada en estadísticas secundarias sobre tendencias en la producción y venta de diferentes tipos de bebidas.

Es bastantecomplicado en encuestas de recordatorio o frecuencia de consumo el registro de la cantidad y tipo de bebidas consumidos. Por ello es que en general, de esos estudios se conoce mucho más la ingesta dealimentos por sobre la de líquidos.

Sin embargo y así como en alimentos son conocidas las innumerables innovaciones y lanzamientos comerciales de los últimos 7 u 8 años, algo similar ha ocurrido en elmercado de aguas y bebidas.

Basta mirar los cambios ocurridos en los segmentos de aguas, con y sin sabor, gaseosas, jugos y aún infusiones de sabores diferentes. Incluso sin considerar siquiera lasmodificaciones ocurridas en el consumo de bebidas alcohólicas.

El estudio de CESNI se realizó sobre una muestra probabilística de 800 sujetos, en quienes se registraron los “actos de consumo” dealimentos y bebidas durante 7 días y en el caso de estas últimas se determino su ingesta.

Un primer dato llamativo: en la muestra evaluada, los “actos de consumo” son casi iguales entre alimentos ybebidas: 46% de los “actos” son de bebidas. Lo que resulta en una ingesta promedio de 2,05 lt.

O sea, comemos y bebemos más o menos en la misma proporción de “veces”; no obstante, losnutricionistas solemos educar más sobre “el comer” que sobre “el beber”.
Un aporte relevante del estudio fue poder conocer como se compone la “jarra de ingesta de líquidos”; ahí se refleja la costumbre “matera”de los argentinos; casi el 40% de la ingesta es a base de infusiones.



Profundizando un poco más, los autores del estudio clasificaron las bebidas en tres grupos: agua pura, bebidas sin...