biblia
muy parecidas 2, aunque, a mi juicio, menos pensadas y documentadas
que las de Leonardo Boff, el cual, por otra parte, en lo relativo
a la muerte de Jesús -que es el tema de queahora se trata- tampoco
ofrece un estudio bíblico que pueda ser presentado como modelo;
en su lugar se hablará de la manifiesta insuficiencia que revela.
Leonardo Boff es mucho más teólogo que quienes militan en las
mencionadas «teologías». Su conocimiento y uso de la Sagrada Escritura tienen un frescor y una profundidad que no aparecen ni remotamente en los escritos de esos otros teólogos, a pesarque sea posible señalar claras analogías y profundas simpatías de «mentalidad» entre estos últimos y Boff. Para expresar nítidamente la distinción que existe entre ellos, se debería decir que Boff es un teólogo, mientras que los otros se encierran dentro de una fácil y superficial sociología, «barnizada» externamente con el uso de un vocabulario teológico y presentada con la extraña pretensión deser la única teología en que se deja oír la interpelación dirigida por la palabra de Dios al hombre de hoy.
Cuando Boff enuncia su intención, la hace consistir en elaborar una teología, y particularmente una cristología, que hable vital y existencialmente al hombre latinoamericano. Pero después, y de modo extraño, sigue un camino por el que se ve transitar casi únicamente a teólogos europeos, de loscuales tres cuartas partes, o cerca, son alemanes . Y entre estos últimos son numerosos y frecuentemente citados autores protestantes que aplican de manera bastante radical los métodos de historia de las formas y otros análogos, los cuales más de una vez son utilizados no precisamente en servicio del texto bíblico, sino para imponer la «pre-comprensión» filosófica en que se basan aunque para ellosea necesario violentar el sentido evidente del texto. Boff mismo reconoce que <
La conciencia de Jesús
Boff concede muy pocas posibilidades para hacer algo que se parezca a una reconstrucción de la conciencia de Jesús 5. Los evangelios -dice-nacen «dentro de una mentalidad profundamente distinta de la nuestra, precientífica, mítica y acrítica» (p. 53). Y en cuanto de la dogmática
de la Iglesia primitiva» (p. 54). Son, pues, algo así como una elaboración
teológica organizada en torno a la persona de alguien que se llamó Jesús de Nazaret. Semejante planteamiento parece exigir la renuncia total a cualquier intento de penetrar en laintimidad de Jesús. Pero Boff, a pesar de todo, no se rinde a 10 que parece ser evidente y de hecho se esfuerza por desvelar el misterio que envuelve la persona de Cristo, mejor dicho, la conciencia que El se formaba de Sí mismo y conforme a la cual orientaba el cumplimiento de su misión. Más allá de la comunidad primitiva, la cual nos habló no tanto de Jesús cuanto de su propia fe en El, ¿qué...
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