BIBLIOTECAS

La vida sigue y hay que seguir junto con ella.
Por: Juliana Redondo Torregroza

Yo: “Aida, ahora que van a hacer con la finca. ¿La van a abandonar, la van a recuperar?¿Qué?”
Aida Batista: “Esa misma pregunta nos hacemos nosotros: ¿Qué vamos a hacer?”- su voz suena entrecortada.-
Aida y Julio son una pareja de esposos que viven en el norte de la ciudad de Barranquilla. Tienen 2 hijos: Karenque ya está cursando quinto semestre en la universidad y Julio Jr. que se gradúa este año del colegio. Juntos convirtieron la finca Villa Paraíso en su paraíso, el lugar al que venían a relajarse un puente o cualquier domingo que planearan salir del ruido de la ciudad para irse a un lugar donde solo cabía el sonido de la naturaleza y la tranquilidad que inspiran los pájaros.
Ellos dedicaron suvida, su tiempo y su dinero a las 3 fincas que tenían en el municipio de Santa Lucía, justo al frente del Canal del Dique. Estas eran su fuente de ingreso y trabajo, con lo que se producía sostenían a su familia y eran proveedores de importantes negocios aquí en Barranquilla como Jardín Americano, al cual vendían las flores exóticas que Aida cultivaba con sumo cuidado. Todo lo que por casi 10 añoshabían construido con mucho esfuerzo, en dos días quedó bajo las aguas.
El 7 de diciembre no fue el día de velitas de cada año. Fue un día que los dejó marcados de por vida. Dos días antes, Julio en medio de sentimientos encontrados de preocupación, optimismo y hasta una rara ingenuidad, solo se preocupaba por poner sacos de arena alrededor de su casa para evitar que el agua pasara. A pesar deque veía el agua ya en el patio de la casa, agua que apenas tapaba los pies, creía que absolutamente nada podía terminar como sucedió. Los trabajadores de Villa Paraíso le decían que sacara las cosas de la casa, que eso se iba a inundar, pero hacía caso omiso a esas palabras. Lo único que hacía era subir cada vez más los muebles para que no se mojaran.
Yo no sabía qué preguntar. Después de ver lasfotos de la inundación y lo que quedó cuando las aguas bajaron, de ver el video de más de una hora que grabaron desde el 1 de diciembre hasta hace poco que ya el agua bajó no encontraba palabras para preguntar, para comentar siquiera. Era mucho más difícil verlos a ellos en medio de la tristeza, con los ojos llorosos y las voces entrecortadas y sin embargo sacaban una fortaleza única para contartodos y cada uno de los momentos, los sentimientos y las anécdotas.
Ni siquiera su propia hija se atreve a hablar con ellos de lo que pasó “Es una tristeza inmensa que siento cuando me acuerdo de lo que pasó y hablar con ellos me parte el corazón. Mis papás han sido personas muy fuertes pero esto los dejó por el suelo, es como empezar de cero. Solo queda confiar en Dios y en cada uno denosotros”.

No le veía la cara a Karen, ni le escuchaba la voz, pues con eso de las nuevas tecnologías y los chats la comunicación se ha dispersado mucho. Pero por el famoso bbchat yo le iba contando lo que sus papás me estaban diciendo y los emoticones con los que me respondía me hacían imaginar la cara de ella, triste, decepcionada y como si estuviera preguntando ¿por qué a nosotros?
Es necesariovivirlo para saber lo que es de verdad ser un damnificado. Muchos creen que por vivir en un buen estrato en Barranquilla no resultaron también afectados. Pero cuando eso que quedó bajo la sábana de agua era con lo que se sustentaban es cuando se preguntan ¿y ahora qué?
Uno no sabe quienes quedaron peor; si esas personas que perdieron absolutamente todo y que esperan palabras del Estado o aquelloscomo ellos que tienen a los hijos estudiando, tienen que responder a los bancos tienen su trabajo allí y que esa era su fuente de ingresos. ¿Quiénes?
A pesar de uno que otro chistecito que Julio contaba a medida que iba narrando los hechos, no podía ocultar su angustia. Cada vez que hablaba, por medio de sus ojos mirando hacia el infinito, como si estuviera visualizando esas imágenes, me...