Bicentenario [1919-1928]

1919-1928
luego de la Semana Trágica de 1919 actuó enfrentando las corrientes anarquistas y socialistas, organizaciones obreras y huelguistas; utilizando tanto acción directa para-policial, colaboración con el ejército y la policía en acciones represivas, presión sobre las autoridades civiles, impulso a sindicatos "amarillos",
como algunas iniciativas positivas para integrar a sectores detrabajadores e inmigrantes (escuelas de adultos, viviendas populares, etc.). Hasta ahora la Liga Patriótica solo había merecido una atención superficial en la historiografía del período excepto la hipótesis de David Rock sobre su impacto en el vuelco hacia la derecha de la primera administración radical l. Este libro examina sus antecedentes a partir de la lagitación social y la hegemonía anarquista enel movimiento obrero en los primeros años del siglo; da cuenta de su composición por clases y géneros -tuvo una importante participación femenina- y de su cobertura geográfica; ese mapeo muestra como en un negativo la extensión de los movimientos contestatarios, y el encarnizado conflicto en escenarios locales (ciudades de provincia) usualmente ignorados por una historia capitalina. Tambiénpresta atención a la ideología de la Liga señalando su línea republicana -en los márgenes de la Constitución de 1853- pero cuestionadora de la democracia; manteniendo la ideología liberal de la élite fundadora (a la que reivindicaba)
pero apelando a la violencia y el autoritarismo en defensa del status quo; cuestionando los resultados de la oleada inmigratoria en nombre de los valores de la Argentinatradicional, pero sin caer todavía, en el chauvinismo (pese a los excesos antí-semitas de 1919). Queda bien clara sus diferencias con el "nacionalismo" de raíz "maurrasiana" que va a aparecer luego cuando el liberalismo político sea severamente cuestionado. Aunque es manifiesto que la Liga fue un caldo de cultivo para su desarrollo. Nos interesa señalar la atención que la autora presta alcatolicismo social como elemento constitutivo de la Liga. Desde la historiografía sobre el catolicismo, básicamente escrita por católicos, esta conexión no había sido nunca examinada sistemáticamente. Es un lugar común en ella señalar el apoyo de los católicos al radicalismo Irigoyenista 2, y obviar sus vinculaciones con los sectores patronales, patricios y/o involucrados posteriormente en las corrientesautoritarias nacientes que van a converger en la revolución de 1930. Néstor Auza ha estudiado documentadamente, desde el campo de la Iglesia, la trayectoria del movimiento social católico, sus aportes y
sus limitaciones que señala3. Pero esta es la primera vez que se examina el conjunto del campo de fuerzas del cual los católicos tomaban parte, y que se les presta una atención detallada. Lafigura de Monseñor D'Andrea, y a su sombra, por lo menos hasta la frustración de la carrera de este, de Mons. Gustavo Francheschi, llenan el escenario; ambos son por entonces nítidos "católicos intransigentes"4 pero integrados a las élites liberales dominantes. Allí radicaron fuertes contradicciones que van a ir emergiendo en el campo católico. Como este estudio pone el acento primordialmente en lascorrientes contrarrevolucionarias Europeas para una permanente comparación, -donde el fascismo es el tipo ideal de referencia-, no centra su atención en iluminar internamente la dinámica de estos procesos del campo católico. Pero en cambio presenta los hechos en
contexto y esto es ya un aporte fundamental para abrir una nueva problemática y
estimular nuevas investigaciones sobre este tema. Estetrabajo centra su atención en el
año 1908 en que bajo presión de la jerarquía se disuelve la Liga Demócrata Cristian (fundada bajo inspiración del Padre Grotte y con activa participación obrera), y se funda la Liga Social Argentina bajo la presidencia de Emilio Lamarca (y con la presencia orientadora de los sacerdotes mencionados), y la participación de personalidades destacadas, muchos de los...