Bicentenario

Bicentenario de qué? |
Ricardo Monreal Avila

Este mes patrio del bicentenario hay mucho que conmemorar y poco que festejar. Por ejemplo, hay que conmemorar, en el sentido de actualizar en la memoria, los documentos y planes esenciales de la Revolución de Independencia, como el “Bando por la Libertad” de Miguel Hidalgo y Costilla, “Los Sentimientos de la Nación” de José María Morelos y Pavóno el “Plan de Iguala” que consumó la Independencia.
Si estos documentos fueran nuestra referencia histórica para evaluar lo que se ha hecho y lo que nos faltaría por hacer, concluiríamos de inmediato que en 200 años de vida independiente hay poco que festejar. Hace 200 años la economía de la Nueva España dependía en 100% del Imperio Español; hoy el 80% de nuestro “libre comercio” se realiza conun solo país, EU. Hace dos siglos éramos monoexportadores, el oro y la plata eran la única fuente de recursos. Hoy cambiamos el mineral por otro recurso natural no renovable, el petróleo, del cual depende una parte significativa de los ingresos públicos, de la balanza de pagos y de nuestro mercado interno. Hace dos siglos, uno de cada 10 habitantes sabía leer y escribir; hoy, a pesar de que 9 decada 10 son “letrados”, la pésima calidad de esa educación ha convertido a la actual generación de jóvenes estudiantes en “analfabetas funcionales”. Hace 200 años la nueva nación dio al mundo el maíz, como alimento distintivo de nuestro suelo y nuestros graneros. Hoy importamos este grano que es básico en nuestra alimentación y en nuestra historia. Hace dos siglos la mayor parte de la poblaciónestaba sumida en la pobreza y sólo una élite de 300 españoles y extranjeros detentaba la riqueza; hoy 53% de la población padece algún grado de pobreza y 300 nacionales concentran el 80% del ingreso nacional.
Así podríamos seguir haciendo el balance de estos dos siglos, donde lo menos que podemos presumir es el ser “independientes”. Más bien somos lo contrario: dependientes en alto grado de nuestraeconomía, vulnerables en términos sociales por nuestro alto grado de desigualdad y, en términos políticos, con una democracia cuestionada por los ciudadanos mismos y con márgenes cada vez más estrechos de soberanía frente al exterior.
Por si todo esto fuera poco, tenemos ahora la afrenta de unos festejos desorganizados, caros y discriminatorios. En efecto, del Catálogo Nacional de Proyectospresentado por el actual gobierno para conmemorar los 200 años de la independencia, integrado por 1,200 obras de distinto contenido y alcance (desde carreteras hasta el festejo de la noche del 15 de septiembre), el gobierno sólo alcanzó a realizar el 10%. Las obras emblemáticas de este bicentenario, como la Estela de Luz, el parque ecológico y la refinería en el estado de Hidalgo, quedaron a medias yno tienen fecha de entrega. Lo único que se alcanzó a realizar fue el festival de luz, sonido y pirotecnia de la noche del grito en el zócalo de la Ciudad de México.
Por cierto, estos festejos presentan dos aspectos altamente controversiales. Por un lado el costo: cerca de mil millones de pesos para unas cuantas horas de espectáculo (que contrastan con los 120 mil pesos que gastó Porfirio Díazhace 100 años para celebrar el primer centenario de nuestra Independencia); por otra parte, el carácter elitista y discriminatorio de los festejos oficiales.
En efecto, después de invertir miles de millones de pesos de los contribuyentes para realizar un espectáculo similar a la inauguración de una olimpiada o de un mundial de fútbol, el gobierno decidió qué mexicanos tendrían “derecho de piso” enel zócalo para presenciar en vivo y en directo este espectáculo. A fin de “evitar aglomeraciones”, mediante la difusión masiva de avisos, el gobierno convocó a los ciudadano a ver el espectáculo de luz y sonido del bicentenario “por televisión o por internet, desde la comodidad de tu hogar”, reservando la asistencia en la plancha del zócalo sólo a mexicanos que contaran con invitación oficial y...