Bioética
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Nagua, Rep. Dominicana
INTRODUCCIÓN
Ni médico, ni genetista, ni biólogo; soy sólo un simple hombre enamorado de la vida, salesiano y sacerdote, que no puedo desentenderme de los cuestionamientos que los jóvenes se hacen ante todo aquello que esté relacionado profundamente con la vida,mientras se hallan en intensa y valiosa búsqueda de su lugar en la historia, en la sociedad y en la Iglesia.
Es cierto, sí, que cuando era niño me gustaba ir semanalmente al laboratorio dónde trabajaba mi tía y allí, mientras ella hacía sus tareas, yo jugaba con lo que algunos técnicos o bioquímicos me permitían... Hasta se me cruzó por la mente ser médico... Pero eso fue hace mucho...Cuando apenas tenía once años, Don Bosco impactó tan fuerte en mi vida que quise quedarme con él, y a través suyo pude conocer e intentar el camino del seguimiento de Jesucristo. Los sueños de mi infancia entre el laboratorio y la medicina quedaron atrás, aunque siempre he tenido la oportunidad de estar en contacto con el mundo de la vida, entre la salud, la enfermedad y la muerte...
Perohasta hace algunos años nunca se me hubiera ocurrido que algún día me fascinaría el mundo de la Bioética; ni siquiera supe de su existencia hasta que tuve la posibilidad de realizar la licenciatura en teología moral. Precisamente desde este espacio, desde la Teología Moral, a medida que avanzaba en los estudios de Bioética, y especialmente cuando comencé a dictar esta materia a jóvenessalesianos y viendo cómo ellos se entusiasmaban en sus propias investigaciones personales, comenzaron a surgirme numerosas preguntas. Son esos cuestionamientos los que me llevan a introducir estos apuntes (no son más que eso: simplemente, apuntes) con el brevísimo testimonio personal.
Mi entusiasmo y mis interrogantes en Bioética no pueden disociarse de mi ser salesiano. ¿Es posible articular lavocación del educador-pastor, la Bioética como ciencia transdisciplinar y sus aplicaciones prácticas en el mundo juvenil y popular?; ¿ha de ser esta ciencia objeto necesario de estudio para el salesiano? Mi respuesta es que no sólo es posible, sino necesario y urgente.
Al educador-pastor-salesiano, ante todo como ser humano que es en sí mismo, pero también en su prácticaeducativo-pastoral, se le plantean a menudo dilemas sobre la valoración, el sentido y el cuidado de la vida humana; interrogantes que requieren respuestas a mediano o largo plazo; muchas veces, inmediatas. Y me pregunto:
¿Qué diría Don Bosco, hoy, en medio del debate postmoderno sobre la complejidad de la vida humana?
¿Cómo encaja el Sistema Preventivo en medio de las cuestiones científicas, sociales yculturales que se imponen a la reflexión Bioética?
¿Cómo hacer de la Bioética “también” (aunque no “sólo”) un instrumento valioso para quien opta por seguir a Jesucristo entregando su vida por los jóvenes, especialmente los más pobres?
En el acompañamiento de los jóvenes y de sus familias, en la presencia del educador-pastor entre los marginados y desprotegidos, surgen inquietudesdiarias que movilizan los sentimientos más profundos de su corazón.
Embarazos adolescentes, abortos, inadecuada atención a la salud, adicciones, HIV-Sida, muertes violentas o inesperadas, largos acompañamientos de enfermedades irreversibles y terminales, práctica deportiva, ecología y educación en el tiempo libre... Sólo son ejemplos que invitan a prepararse desde el saber científicobioético para poder discernir más allá de los sentimientos que cada situación particular despierte. Un discernimiento personalista racional, moral y trascendente que permita acompañar e iluminar tanto la educación juvenil y popular, como también la ayuda en la toma de decisiones en casos particulares, difíciles y urgentes.
BIOÉTICA/07 – Juan F. Tomás sdb
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Hasta aquí, sólo algunos...
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