biografía de diogenes
«Un día un hombre le hizo entrar en una casaricamente amueblada y le dijo: “Sobre todo, no escupas en el suelo”. Diógenes, que tenía ganas de escupir, le lanzó el lapo a la cara, gritándole que era el único sitio sucio que había encontradopara poder hacerlo.» (Diógenes Laercio.)
¿Quién, después de haber sido recibido por un rico, no ha lamentado no disponer de océanos de saliva para verterlos sobre todos los propietarios de la tierra?¿Y quién no ha vuelto a tragarse su pequeño escupitinajo por miedo a lanzarlo a la cara de un ladrón respetado y barrigón?
Somos todos ridículamente prudentes y tímidos: el cinismo no se aprende en laescuela. El orgullo, tampoco.
Menipo, en su libro titulado La virtud de Diógenes, cuenta que fue hecho prisionero y vendido y que le preguntaron qué sabía hacer. Respondió:«”Mandar”, y gritó alheraldo: “Pregunta quién quiere comprar un amo”.»
El hombre que se enfrentaba con Alejandro y con Platón, que se masturbaba en la plaza pública («Pluguiere al cielo que bastase también frotarse elvientre para no tener ya hambre»), el hombre del célebre tonel y de la famosa linterna, y que en su juventud fue falsificador de moneda (¿hay dignidad más hermosa para un cínico?), ¿qué experiencia debiótener de sus semejantes? Ciertamente la de todos nosotros, pero con la diferencia de que el hombre fue el único tema de su reflexión y de su desprecio. Sin sufrir las falsificaciones de ninguna...
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