Biografia de Nora

“La escritura de la autobiografía nos abre un espacio de silencio interior para encontrarnos y dialogar con nosotros mismos. Es el ejercicio de traer a la memoria nuestra propia vida para volverla objeto de reflexión”

Mis padres me regalaron la vida un 25 de octubre de de 1957 en un hermoso
pueblo en Cundinamarca San Juan de Rióseco. Este se encuentra enclavado en las montañas deloccidente Cundinamarqués, sobre la vertiente Occidental del Ramal Oriental de la gran Cordillera de los Andes que atraviesa el territorio Colombiano de Sur a Norte. Pertenece a la provincia del Magdalena Centro. Tiene una bella plaza y su entorno esta rodeado de bellas montañas y esplendorosos paisajes que son bañados por el río Magdalena. De mi terruño recuerdo sobre todo la casa grande de mimadrina Carmen donde viví los tres primeros años de mi infancia. Esta situada al lado de una calle en bajada y al margen del pueblo lo cual la hace fascinante porque esta cerca pero distante de la población y se podría decir que es una especie de oasis donde refugiarse del vocerío y la bulla pueblerina, pero al mismo tiempo te queda cercano en las ocasiones en que quieres la reunión y el festejo.Además de esta ubicación ideal tiene un solar inmenso en la parte trasera de la casa, lleno de árboles frutales limoneros, naranjales, guayabos y variedades de arbustos; asimismo de animales, puercos, gallinas y pollos que le dan un aire apacible y campesino que a mi me cautiva. Pero lo más hermoso de este solar es que desde allí podía apreciar en toda su magnitud la majestuosidad del Valledel Rió Magdalena con todo su colorido y esplendor. En los días despejados la imponencia de los nevados y volcanes de la cordillera central me impresionaban tanto que quedaba estupefacta y en un estado de delirio y ensimismamiento ante tanta belleza. A cualquier lado que mirara me enfrentaba a la riqueza paisajística enmarcada en la variabilidad de tonos, matices y formas de montañas yvalles. Se aunaba a este paisaje singular digno de contemplación , el cercano a la casa vistas maravillosos de la tierra caliente rebosantes de platanares, ceibas, guamos, gualandays, cafetales y del cual se desataba y emanaba ese perfume tan típico, sensual e inolvidable, bálsamo de nuestra alma que seduce y fascina nuestros sentidos, el olor de nuestro trópico . Allí pasábamos días enterosjugando con familiares y vecinos que estaban de vacaciones.

Durante el verano de Julio, San Juan se engalanaba de un colorido primaveral por la florescencia del Chicala, el Cámbulo y el Gualanday. En Agosto el blanco jazmín de sus cafetales y aun la vegetación rastrera mostraban su colorido y belleza. De las entrañas de las montañas brotaba el agua a través de lo aljibes y nacimientos, o formasquebradas y riachuelos recorrían las laderas formando en su recorrido figuras fantásticas y surrealistas dignas de admirar y contemplar. Estos recuerdos quedaron fijos en mi mente y traerlos a la memoria me causan muchísima emoción.

Los diciembres eran inolvidables las noches eran un espectáculo celestial por el titilar y el asomo coqueto de la luna entre escarpes y peñascos que seprolongaban durante toda la noche hasta el despertar de un nuevo día. En las noches decembrinas el cielo se iluminaba de castillos y figuras insólitas de pólvora, aunque a mi me producían miedo los totes y otras mezclas explosivas que pasaban cerca de mis piernas, hallaba refugio rodeando por las faldas a mi madre que siempre consentidora me protegía con mucho amor. Esta era una época de mucha genteen la casa, Leonor prima de mi padre ayudada por sus asistentes preparaba banquetes y cenas para las festividades navideñas, todavía recuerdo como en el patio contiguo de la casa el chillido del puerco en su agonía en manos del matamarranos me taladraba en los oídos, claro todo eso quedaba olvidado al sentarme a la mesa y disfrutar de las delicias que este bendito animal nos otorga. Los...