Biografia rafael r valcarcel
Rafael R. Valcárcel nació el 26 de agosto de 1970, a diez minutos de un río y a tres horas del mar (Arequipa, Perú).
En 1987 se traslada a Lima por estudios, en el 97 se establece en La Paz por trabajo y en el 2002 cruza el Atlántico por algo menos ficticio. Actualmente vive en Madrid.
Desde su infancia, antes de dormir, le gustaba crear historias con laintención de continuarlas en el mundo onírico… consiguiéndolo algunas veces; las suficientes para no perder el interés por soñar.
Más que un escritor, Rafael R. Valcárcel se considera un creador de historias, empleando distintos géneros para plasmarlas. En la última década, ha colaborado con una serie de medios de comunicación físicos y digitales. Desde finales de 2006, escribe las historias queenvía NoCuentos.com. Leer más
Nací a diez minutos de un río y a tres horas del mar. Además, por mis mejillas corría agua entre dulce y salada, y me gusta creer que las lágrimas brotaban porque intuía que en breve me separaría de mis padres y hermanos. Aunque lo lógico es que llorase como mera consecuencia de haber nacido, pero, insisto, me gusta creer.
En cuanto a la fecha, nací el 26 de agosto de1970. A los pocos meses, mi madre tuvo que desprenderse de su sexto hijo: yo. El motivo fue el común. Por carencia de dinero me pusieron bajo la tutela de un pariente: Carlos Valcárcel Morán. Tenía cuarenta y tantos años, seguía soltero y vivía lejos; lo oportunamente lejos de la gente y bastante más de su familia.
A inicios de diciembre del 70, cuando Carlos tuvo que ir a Arequipa por motivoslegales, mis padres le pidieron que se encargase de mí. Me tomó en sus brazos, tanteó mi peso y me lanzó hacia arriba. Tres veces. Sin mueca de sonrisa ni nada semejante, les dijo: es posible qu A prenda a volar.
Apartir de que dejé la casa de mis padres biológicos hasta mis cuatro o cinco años de edad, no conservo recuerdos, ni propios ni los de nadie que me haya podido contar qué pasó en mi nuevohogar. Para llegar ahí, había que caminar durante cuatro horas desde Urubamba, pequeño poblado del Cusco. No suficiente con esa distancia, mi padre (Carlos) agradecía expresamente a quienes, pudiendo y queriendo, no nos visitaban. Lo hacía por carta, a través del ayudante del almacén que nos traía los víveres y que sólo llegaba hasta la puerta de entrada, sin cruzar el dintel.
La única vez queansié preguntarle a mi padre sobre aquella etapa, desistí. No quise decepcionarlo. Para él, despertar el pasado de uno por simple curiosidad era, además de una muestra de inmadurez, una falta de respeto al presente… a nuestra vida. Otra cosa muy distinta era cuando yo recordaba algo de manera natural. Ahí debía aguzar la memoria puesto que sin duda tenía relación con lo que estaba sintiendo en esemomento y podía contribuir a que la vivencia fuese más clara e intensa.
Carlos no conservaba fotos u otros objetos por sus atributos evocadores del pasado; lo hacía únicamente por sus beneficios prácticos, como el poseer una olla para cocinar o una imagen decorativa. Si el retrato de un pariente le era menos cautivador que el de un extraño, lo regalaba o, en el caso de que nadie lo quisiese, lousaba para alimentar la chimenea en las noches duras. Durante una granizada, mi abuela, dos tíos y una señora —a la que él solía contemplar con ternura y admiración— se hicieron cenizas junto a unas ramas y unas cartas sin abrir. Me sorprendió verle soltar una lágrima
Esa lágrima que mi padre derramó nunca se evaporó en mi memoria. Creció. Se fue haciendo río y también lago y, desde arriba, seveía reflejado el rostro de la mujer que lo originó. Quise saber quién era, daba igual cuando. Años más tarde, quizá 15 ó 14, encontré sus palabras en casa de mi abuela, que las conservaba en sobres sellados por si algún día se esfumaban las rarezas de su hijo Carlos y dejaba de quemar la correspondencia sin ver el remitente.
El párrafo posterior a éste reúne fragmentos de siete cartas escritas...
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