Biografia

OBEL Y LOS DIOSES CELTAS
Hoy os contaré una anécdota que algunos creeréis y otros no, pero os aseguro que fue totalmente real, sin mas dilaciones empiezo:

No sabía cuanto tiempo llevaba atrapado en esa maldita celda en las profundidades del inframundo, quizás siglos, milenios o incluso eones. Aquellos malditos dioses celtas me habían exiliado al inframundo por considerarme una amenaza. Ahsi, ¿ qué como me llamo? Soy Obel, derroté a los dioses grecorromanos, dando así lugar al reinado de las deidades celtas, quizás hayas oído hablar de mí.
Después de tanto tiempo sin ver la luz del Sol, distinguí un resplandor en aquella espesa oscuridad y pude ver dos ojos dorados que me resultaban muy familiares, una moneda cayó en mi mano y lo que parecían ser unas puertas se abrieron, dejandoen el medio de un brillante haz de luz a una lechuza que conocía bien. Ella era la única diosa celta que había ido a mi favor, también castigada y convertida en una hermosa lechuza blanca. Ella era Blodeuwedd. Sabía perfectamente lo que significaba eso, El Dagda, dios supremo, estaba perdiendo poder y vi en la aparición de la lechuza una oportunidad única e irrepetible para escapar, no me lo pensédos veces, cogí mi espada “Gran Furia” que en el pasado había pertenecido a Manannan Mac Lir, dios marino,y armado salí dando tajos certeros y precisos a los monstruos que se aparecían en mi camino. Al llegar a la laguna Estigia me encontré con Caronte, barquero del inframundo, él me dio a entender que solo cruzaba de la orilla de la vida a la de la muerte y no al revés. A pesar de esecontratiempo le entregué la moneda como si fuera un alma que quisiera pasar al inframundo, al hacerlo, Caronte observó la moneda y sin inmutarse giró la barca y me ayudó a subir. Cuando estuve en la otra orilla y ya había descendido de la barca miré de reojo a la moneda y me percaté de que brillaba de una forma especial y pude observar la magia que había confundido a Caronte. Ya en las puertas de la vidacambié a mi forma licántropa ( no había mencionado este dato de mi naturaleza ) y mantuve una conversación canina con mi amigo Can Cerbero con la intención de que me acompañara y ayudara en mi venganza contra las deidades celtas. Al principio rechazó mi oferta por su obligación de proteger las puertas del inframundo, pero le convencí agregando que podría hacer que una vieja amiga mía, la Esfinge,ocupara su puesto ya que me debía un par de favores. Con un nuevo amigo que me acompañara en mi causa decidí reunir información y espiar al dios supremo, para esto necesitaba algunos instrumentos mágicos que eran posesión de los dioses y que no me sería nada fácil de conseguir. Debido a la localización tan alejada de algunos dioses necesitaba un carro que era posesión de Flidais, que deduje queresidiría en uno de los mayores parques urbanos del mundo, el Fairmount Park en Philadelphia, por su gran extensión.
Si alguna vez te encuentras con un perro gigante de tres cabezas de varias toneladas de peso no pienses que es pesado y torpe porque son ágiles y muy veloces. Durante nuestro trayecto a Philadelphia nos encontramos con Epona, la diosa equina, que a pesar de no estar de acuerdo conderrocar a El Dagda comprendió nuestro enfado y me prestó un caballo tan veloz como el Can Cerbero, ahorrándole así mucho esfuerzo a mi amigo. Una vez hubimos llegado a Philadelphia pude comprobar la fuerza con la que actuaba la magia de Blodeuwedd ya que ningún mortal me reprochó ir con un perro de diez metros de altura y que ocupaba una calle, sin mencionar el dato de que poseía tres cabezas.Tampoco se fijó nadie en mi, con una espada de cinco metros a la espalda y con una armadura de oro como ropa. Me parecía gracioso el hecho de que los mortales me vieran como a un ejecutivo con un maletín paseando a un pastor alemán. Cuando estábamos en el interior del parque nos fue fácil encontrar a Flidais ya que su carro va tirado por un ciervo y nuestro olfato de depredadores nos facilitó...