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Si para la Biblia en el principio fue el verbo, para la política moderna en el
principio fue la sociedad, todo lo demás viene después.
En la concepción contractualista,de la cual nuestra época es tributaria, el
Estado surge junto con el gobierno, y ambos de la sociedad, mediante un
contrato de todos los miembros de ésta. El contrato social que instituye alEstado como tal, erige un poder que está por encima de todos los hombres, y
que por tanto dispone de ellos, con el doble propósito de preservar el orden y la
paz, o sea, velar por el interés general.Por ende la sociedad, al menos en una formulación mitológica, es originaria
respecto del Estado y el gobierno, ya que si retrocedemos en la historia de la
humanidad, nos podremos encontrar al menosidealmente, con grupos
humanos en los cuales ni Estado ni gobierno existían, y todo se discernía por el
acuerdo común o por la fuerza.
Si bien es posible pensar lógicamente estas instancias, escierto también que
es absolutamente inútil tratar de buscar el origen histórico del Estado. Lo que
verdaderamente importa no es su filiación y surgimiento, sino más bien el rol
que desarrolla en cadaépoca histórica y las diferentes concepciones
ideológicas que sobre el mismo predican.
Decíamos que para la época moderna surge del común acuerdo de los
miembros de la sociedad, que viviendo hasta esemomento en una situación
pre-estatal llamada por alguno autores1 “estado de naturaleza”, deciden pactar
para delegar el poder y formar el Estado o sociedad política.
En el pacto o contrato social,todos los miembros de la sociedad civil ceden su
poder al soberano, creando en ese movimiento a la sociedad política o Estado.
En ese pacto son cedidos al soberano derechos, que de ahora en más le1 Respecto de este tema ver Leviatán de Thomas Hobbes, El contrato social de Jean Jacques Rousseau, y
Segundo ensayo sobre el gobierno civil de John Locke. Esta trinidad comprende a los autores...
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