Biografias
RODOLFO WALSH - SELECCIÓN DE CUENTOS -
ESA MUJER
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IMAGINARIA - (Los oficios terrestres, 1965)
Ahora usted va a venir, oiré si bicicleta por el pedregullo, pedaleando despacito, con el farol sin luz. Usted no necesita luz, nos conoce a todos sin vernos, a mí me conoce por el olor, ¿qué olortiene usted, soldado? Olor a chivo, mi teniente, olor a tulipán, olor a lo que usted quiera.
Va a venir, es su guardia, para eso la estuvo esperando toda la semana, de noche usted no puede dormir, toma pildoritas, esta noche no precisa. Usted piensa mucho, mi teniente, y se va poniendo pálido, se va poniendo verde, me imagino que le ocurren cosas y yo no soy quien para preguntarle.
Lo mismo que yo, pienso demasiado, pero de noche duermo, y a veces me duermo hasta en la guardia. Ahora por ejemplo estoy durmiendo, tirado a la orilla del camino por donde usted va a venir, va a venir con su bicicleta.
Yo sé que está mal, que un centinela no debe dormirse, debe vigilar el campo e informar la novedad. Pero es que no hay novedad mi teniente, el enemigo está a cientoveinte años de distancia, aquí nunca hay novedad y el cielo es lo único que cambia de lugar. Cuando me quedé dormido las Tres Marías estaban detrás del pino, ahora están sobre la ruta, donde se oyen los camiones.
El fusil ahí se lo dejo, ni siquiera lo toco con la mano, está cargado, con el seguro puesto. Si viniera el enemigo, no hay nada que hacerle, pero qué quiere que le digami teniente, los chinos y los rusos están lejos, para mí que ya no vienen esta noche.
Yo sé que es de gusto si le digo que esta vez no tuve la culpa, que a mí nadie me mandó matar las hormigas en el jardín del coronel. Yo sé que es de gusto si le digo que este sábado justamente tenía que salir y no estar aquí de imaginaria.
Quién sabe si le explico usted me deja,pero cómo quiere que le explique que esta noche me roban a la Julia, ya me la han robado, seguro que a esta altura me la están culpando.
No se ría, mi teniente, a usted con esa pinta tienen que sobrarle las mujeres, pero yo la conversé tres meses juntando afrecho y ahora viene un papafrita de civil y me la saca, y yo aquí haciendo la tercera guerra mundial.
No escierto que el sargento me mandó matar las hormigas del coronel. Si él se olvida yo qué culpa tengo, pero aquí la verdad viene de mayor a menor, usted le cree a él y no me cree a mí, y el hilo se corta por lo más delgado.
Está mal que uno deje el arma tirada en el pasto, a la mano de cualquiera, y se queda dormido pensando en la Julia, pero hay muchas cosas que están mal y a nadie leimporta.
Usted se divierte conmigo y dice que yo discuto mucho y que nací para doctor, como todos los cordobeses, será porque una vez me agarró leyendo el código, pero yo no nací para doctor y no le voy a decir en qué rancho nací.
La Julia tiene sus razones, qué va a hacer con un hombre una vez por semana, ella necesita que la saquen y le den conversación, y no darleun vistazo a Garibaldi y correr a meterse en una cama.
Ahora el papafrita tiene un camioncito, usted calcule, yo que a gatas puedo pagarle una cerveza. Hace dos meses que la sigue y si usted la campanea un rato se da cuenta que esa piba está madura para un tipo en cuatro ruedas.
Las Tres Marías, mi teniente, se fueron caminando por la ruta, ahora están sobre elhangar, detrás de esos eucaliptos, y en un rato va a salir la luna.
Ya es tarde para tomar el colectivo, no llego ni a las dos, ella dijo que me esperaba hasta las diez. A esta hora seguro está culiando, muerde la almohada y pega unos grititos.
Usted tiene que venir, porque yo me cansé de contar coyuyos y de escuchar los ruiditos de los bichos en el pasto.
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