Biologia
José María Álvarez
Hospital Psiquiátrico Dr. Villacián de Valladolid
Francisco Estévez
Centro de Salud Mental «El Coto», Gijón
Resumen:
La historia moderna de las alucinaciones muestra un doble y paulatino desplazamiento: el interés originario por la dimensión visual fue dando paso a las investigaciones sobre las alucinaciones verbales, quedesembocaron finalmente en la descripción del Automatismo Mental; de igual modo, la fascinación por los fenómenos groseros y llamativos fueron cediendo terreno en favor de otros más sutiles y elementales. Siguiendo las pesquisas que convienen al quehacer clínico, los autores analizan en este artículo los hitos fundamentales de ese nutrido conjunto de investigaciones que han tenido por objeto laarticulación entre las alucinaciones y el lenguaje, es decir, el hilo conductor que se aprecia entre las obras de Esquirol, Baillarger, Séglas, Clérambault y Lacan.
Abstract:
The modern history of the hallucinations shows a double, gradual displacement: the original interest in the visual dimension gave way to the researches on verbal hallucinations, that culminated in the description of the MentalAutomatism; likewise, the fascination with the vulgar, striking phenomena gradually gave way to another ones more subtle and elementary. Following the inquiries that are advisable to the clinic work, the authors analyse in their arFRENIA, Vol. I-1-2001
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JOSÉ MARÍA ÁLVAREZ y FRANCISCO ESTÉVEZ
ticle the fundamental landmarks of the large set of researches, which have aimed at thearticulation between the hallucinations and the language, that is, the conductor thread that can be seen in the works of Esquirol, Baillarger, Séglas, Clérambault and Lacan.
INTRODUCCIÓN En el terreno de las alucinaciones la historia de la psicopatología ofrece un vergel de descripciones, teorías, nomenclaturas y clasificaciones tan sólo igualable en frondosidad por el delirio, su fenómeno hermano.Ligadas desde antiguo a un «error fundamental»1 de las leyes de la percepción que enturbiaría las relaciones con la realidad, las alucinaciones han sido escrutadas por los clínicos en todos sus dominios, lindes y aristas. Han surgido así, a lo largo de los dos últimos siglos, un buen número de contribuciones de diverso alcance, si bien bastante homogéneas en sus puntos de partida y visiones deconjunto. Algunos de sus mentores han pretendido trazar con ellas una clínica diferencial que fuera capaz de establecer demarcaciones más o menos taxativas con respecto a otros fenómenos que se les asemejan, sean estos más endofásicos o marcadamente xenopáticos. Sobre este particular son notables y abundantes las investigaciones centradas en los efectos alucinatorios surgidos tras la ingesta de algunostóxicos, así como aquellos otros cuadros alucinatorios que irrumpen en el curso de ciertos procesos infecciosos o incluso en el marco de experimentos de privación sensorial. Tampoco han faltado quienes han creído apreciar entre ellas y los procesos oníricos un estrecho vínculo, si no una profunda identidad. Pero mientras el primer grupo de investigaciones ha favorecido un extraordinario desarrollode la semiología y la fenomenología clínicas, las comparaciones entre el sueño y la alucinación han prodigado un sinfín de equívocos teóricos. En materia de etiología, por otra parte, aquellos que se han atrincherado en posiciones más decididamente organicistas no han podido por menos que enfatizar inicialmente los defectos o disfunciones de los órganos sensoriales; tales orientaciones noalcanzarían en ningún caso a explicar, por ejemplo, la existencia de alucinaciones auditivas en sordos, tal como evidenció Cramer a finales del pasado siglo2. Más recientemente se ha tratado de desvelar algún tipo inespecífico de alteración cerebral anatómica o química, asunto éste incapaz de dar cuenta de porqué determi1 Desde los inicios de la psicopatología psiquiátrica, la alucinación ha sido...
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