bla bla blaba

Debra A. Castillo
Dept. Comparative Literature
Cornell University

Precariedad y trabajo: el discurso globalizado sobre la trata de blancas
Empecé estameditación cuando Vicky Unruh me invitó a formar parte de un
número especial de PMLA (recién publicado en octubre) y me sugirió que reflexionara
sobre un proyecto deinvestigación de largo plazo que he llevado a cabo en colaboración
con la académica de salud pública María Gudelia Rangel Gómez y el demógrafo
Armando Rosas Solís en torno apersonas que trabajan en la prostitución en la ciudad
fronteriza de Tijuana, entre México y Estados Unidos. Este trabajo comenzó en la
década de los noventa ycontinuó a lo largo de la mitad de la década pasada,
produciendo tres artículos sobre mujeres y dos sobre trabajadoras sexuales travesti.1 Al
revisar el sondeo general yla transcripción de las entrevistas para preparar este artículo,
me impresionó una vez más hasta qué punto estas personas forman parte de lo que
Saskia Sassen llama“circuitos de sobrevivencia” entre el sur global y ciudades globales
como Los Ángeles y Tijuana, algunas de ellas localizadas en el sur y otras no. Estas
trabajadorassexuales provienen de toda la República Mexicana y migran a Tijuana,
ciudad que pertenece tanto al tercer mundo como a la esfera global, por razones de
necesidadeconómica y, frecuentemente, sus historias incluyen trabajo con bajos
salarios en los Estados Unidos, así como participación en varios sectores de la economía
informal enel área de la frontera norte para suplementar (o enmascarar) su ingreso
primario. Independientemente de otra serie de factores, estas personas que encuestamos