Blabla

Resumen del libro arráncame la vida
(Hasta el capítulo IX de XXVI)
Ese año pasaron muchas cosas en el país. Entre otras Andrés y yo nos casamos.
Lo conocí en un café de los portales. Entonces él tenía más de treinta y yo menos de quince.
Dijo su nombre y se sentó a conversar entre nosotros. Me gusto.
Quiso acompañarnos hasta la casa y desde ese día empezó a visitarla con frecuencia, adilapidar sus coqueterías conmigo y con toda mi familia incluyendo a mis papas, que estaban tan divertidos y halagados como yo.
Andrés les contaba historias en las que siempre resultaba triunfante.
Se nos metió de golpe, hasta a mis hermanas mayores, Teresa, que empezó a calificarlo como viejo concupiscente.
A veces traía flores para mí y chicles americanos para ellos.
Las flores nunca meemocionaron. Pero me sentía importante arreglándolas mientras el fumaba un puro y conversaba con mi papa sobre los principales jefes de la revolución y los favores que cada uno le debía.
Cuando se iba yo lo acompañaba a la puerta y me dejaba besar un segundo, como si alguien espiara. Luego salía corriendo tras mis hermanos.
Nos empezaron a llegar rumores, Andrés Ascencio tenía muchas mujeres.
Megustaba besar a mi papa y pensar que tenía ocho años. Me gustaba pensar que era domingo y que aún era posible subirse en el burro que ese día nos cargaba leche.
Tenía quince años y muchas ganas de que me pasaran cosas. Por eso acepté cuando Andrés me propuso que fuera con él unos días a Tecolutla. Yo no conocía el mar. Nada más deje un recado diciendo: “Queridos papás, no se preocupen, fui aconocer el mar”.
En realidad fui a pegarme la espantada de mi vida.
Me deje tocar sin meter las manos, sin abrir la boca, tiesa como muñeca de cartón, hasta que Andrés me dijo que de que tenía miedo. Volvió a tocarme como si se hubiera acabado la prisa. Me gustó.
Andrés hablaba y hablaba mientras caminábamos por la playa; yo columpiaba los brazos, abría la boca como si se me cayera la mandíbula,metía y sacaba la barriga, apretaba y aflojaba las nalgas.
¿De qué tanto hablaba el general? Ya no me acuerdo exactamente, pero siempre era de sus proyectos políticos y hablaba conmigo como con las paredes, sin esperar que le contestara, sin pedir mi opinión.





Cuando acabó la semana me devolvió a mi casa con la misma frescura con la que me había sacado y desapareció como un mes. Mispadres me recibieron sin preguntas ni comentarios.
Ya ni iba a la escuela, casi ninguna mujer iba a la escuela después de la primaria, pero yo fui unos años más porque las monjas salesianas me dieron una beca en su colegio.
Un día Andrés pasó en la mañana.
-¿Están tus papás?- preguntó.
Sí estaban, era domingo ¿Dónde podrían estar sino metidos en la casa como todos los domingos?
-Diles quevengo por ustedes para que nos vayamos a casar.
-¿Quiénes?- pregunté
-yo y tú – dijo-. Pero hay que llevar a los demás.
-Ni siquiera me has preguntado si me quiero casar contigo –dije- ¿Quién te crees?
-¿Cómo que quien me creo? Pues me creo yo Andrés Ascencio. No proteste y súbase al auto.
Entró a la casa cruzo tres palabras con mi papá y salió con toda la familia detrás.
Llegamos al registrocivil. Ahí estaban esperando unos árabes amigos de Andrés.
El juez era un chaparrito, calvo, y solemne.
Sacó una libreta enorme y se puso detrás de un escritorio.
-Estamos aquí reunidos para celebrar el matrimonio del señor general Andrés Ascencio con la señorita Catalina Guzmán.
En mi calidad de representante de la ley, la única ley que debe cumplirse para fundar una familia…
Catalina,¿acepta por esposo al general Andrés Ascencio aquí presente?
-bueno
-tiene que decir que si
- si- dije
-General Andrés Ascencio, ¿acepta usted por esposa a la señorita Catalina Guzmán?
-si- dijo Andrés.
Yo no tenía firma, nunca había tenido que firmar, por eso nada más puse mi nombre con letra de piquitos.




Nunca se me olvidarán mis hermanos pasando a firmar. Hacía tan poco que...