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La culpa según el artista venezolano
Posted on August 21, 2013
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Lo que más me gusta de trabajar en diferentes áreas es conocer los diversos puntos de vista según el tipo de profesión. Sin embargo, he descubierto – por supuesto, no soy la primera en notarlo- que, sin importar el área, el venezolano nunca tiene la culpa.
El actor “Es la misma rosca desiempre, no hay teatros, la gente no tiene cultura. Aquí hay que jalarle bolas a los programadores de obras para que te dejen hacer arte, siempre meten a sus amiguitos, el teatro está politizado.”
El músico “A nadie le importa lo que hacemos, no quieren pagar por nuestro trabajo, no hay plataformas, no hay lugares para tocar, encima hay que pagar payola.”
El empresario “Las políticas económicas nosestán hundiendo, el licenciado está mal pagado, no nos entregan dólares para hacer negocios. El gobierno nos está ahorcando.”
Primer acto: la situación
Hace unos días le comentaba a un par de actores -con una trayectoria lo suficientemente larga para tener un criterio sólido- que me parecía irrisorio todo el esfuerzo que hacían para montar una obra, cuando la taquilla les devolvía la inversión aduras penas. Por supuesto, como fieles artistas, no dudaron en argumentar Acto siguiente, las quejas: En ese momento les sugerí que quizás era un problema de mercadeo o de forma, lo que –inmediatamente- se convirtió en un punto álgido de la conversación.
“Cochino mercadeo, a nosotros no nos interesa vender lo que hacemos. Es un fastidio tener que preocuparse por dinero, nosotros somosartistas”
Primero asumí que eran robots del espacio a los que nunca les daba hambre –porque el dinero compra la comida- pero luego comprendí que hablaban del deber ser –además, me aseguraron que no les iba mal-. El artista vive para expresar lo que siente, trabaja con las emociones y se dedica a crear, no ha administrar. Sin embargo, no está exento de participar en la mejora de su entorno y, para ladesgracia de muchos, el cambio empieza por modificar conductas y actualizarse –traducción: conocer cómo funciona el negocio, saber qué está fallando y hacer algo al respecto-.
Segundo acto: la solución
“Ustedes me están diciendo que no les aceptan los proyectos, que los programadores pautan las obras comerciales para asegurarse la rentabilidad y que nadie cree en el verdadero teatro. Una pregunta,cuando presentan el proyecto de una obra ¿hacen una presentación formal donde explican con cuadros administrativos el beneficio que eso le va a traer al teatro y añaden un plan de mercadeo para crearawareness*? Osea, en pocas palabras ¿ustedes enumeran los beneficios que va a recibir el teatro por ese proyecto?”
“Bueno, no. Es que deberían aceptarlo porque es buen arte.”
“Ahora, cambiando de tema¿cómo hacen para aumentar la asistencia del público? Quizás olvidar la publicidad tradicional –tenido en cuenta que la publicidad no vende- comenzar una base de datos, dar teasers* a través de la web, llamar personalmente a su público frecuente para mantenerlos motivados y propiciar la recomendación, hacer mobile marketing* bajo ele-permission*. Básicamente, involucrarse con el consumidor, brindarleuna experiencia distinta e íntima y aprender de las nuevas formas de comunicar el arte.”
“¿Qué? ¿Hablar con el público? ¿Llamarlos? No, eso no es lo que nosotros hacemos, nosotros hacemos arte, no mercadeo. Además, no estamos dispuestos a comprometer el contenido para vender más.”
Efectivamente, en el arte, el contenido nunca debe comprometerse para aumentar la venta y, créanme, me encantaríaque el mercado en Venezuela funcionara como en otros países, donde hay un especialista para cada área, así el artista solo debe preocuparse por entretener y prepararse para ello –aunque, si no conoces el negocio ¿cómo sabes cuándo te están metiendo gato por liebre?-. Sin embargo, no estoy hablando de que el artista se convierta en mercader, estoy sugiriendo que participe en las nuevas formas...
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