Bogota
En el primer semestre de 2012 Gustavo Petro experimentó quizás la más corta luna de miel que recuerde mandatario alguno de lacapital de la República. En cuestión de meses las expectativas favorables que su victoria en las urnas había generado en los bogotanos se disiparon en medio de una seguidilla de polémicas. Desde laprohibición de las corridas de toros hasta el holding de las empresas públicas pasando por el manejo de los desórdenes contra TransMilenio, el mandatario optó por satisfacer sus seguidores ideológicos.Rápidamente la ciudad no solo se polarizó sino que los indicadores de popularidad y gestión del alcalde comenzaron a bajar dramáticamente.
Ya en la medición de Colombia Opina correspondiente a abrilpasado, la desfavorabilidad del burgomaestre había subido a 49 por ciento. Para noviembre este indicador había llegado a 58 por ciento de opinión negativa. En otras encuestas las proporciones sonsimilares: alrededor de dos de cada tres capitalinos no aprueban la gestión del Distrito mientras que una gran mayoría se expresa pesimista frente al rumbo que la capital está tomando. Más allá de los apoyoso rechazos a medidas específicas de movilidad, seguridad o salud, lo cierto es que tras un año de gobierno una porción importante de los bogotanos no conoce los detalles del modelo urbano de...
Regístrate para leer el documento completo.