bojaya
ATISBOS ANALITICOS No. 65
Por: Humberto Velez Ramírez1*; humbertovelez@andinet.com
Canto 25
BOJAYÁ
“Aunque murió hace tantos años / por allí debe andar mi padre / ... / ...tan errante, / ....tan llovido: ...”Pablo Neruda
“ Nos metimos a la iglesia porque pensamos que allí Dios nos protegería.” Ernesto Ortiz, quien en Bojayá perdió a su esposa y ados de sus cuatro hijos.
“¡Dios mío!, ¿qué hemos hecho?”. Exclamación, de rodillas, en Bojayá, de joven guerrillera, combatiente ... .
Negros, ya no vivos, - niños y grandes –
vuestra sangre, aguas abajo por el Río Atrato,
ha llegado a los confines de los mares.
En las playas del Africa,
en la cresta ahora rosada de las olas,
la ven y la sienten tus hermanos negros.
Lloran y, bravos,tocan duro sus tambores.
Negros y blancos, ya no vivos, de los pueblos de Colombia
–niños y grandes, inocentes y pecadores-
vuestra sangre, hermanada
con las aguas,
ha pintado las nubes.
Ha tinturado los hilos de la lluvia.
Agua-rosa caerá sobre la tierra entera,
de ese color serán las lluvias perennes del Chocó... .
Nos mojará y nos hará pensarnos.
Y buscar.
Y luchar.
Gabriel Ruiz,26 de julio 2002 (2)
“Al Infierno no lo conoció Dante, lo conocieron los habitantes de Bojayá aquel 2 de mayo”. (Uno de los Médicos que atendieron la Emergencia)
Como necesaria advertencia académica importa precisar que la observación que permitió recoger esta información, fue hecha desde unos lugares reales y simbólicos precisos y que, por lo tanto, no es expresión objetiva del suceso.Sólo una mirada sistemática pero limitada tanto por la complejidad del drama como por ser ésa la naturaleza de toda observación no importa que el que la realice sea un investigador social.
Siete días después de “Bojayá”, el Padre Antún deshizo los pasos hasta su iglesia. Venía por su crucifijo. Ahora no era más que una reventada imagen nazarena. Al llegar, un perro negro grandote salió arecibirlo. El Cristo estaba sobre dos copones y un cáliz retorcidos. En menos de una semana la capilla se había convertido en un criadero de diminutos gusanos hediendo toda ella a podredumbre. (3) El padre Antún oficiaba como párroco-misionero de Bojayá. (4)
Bojayá, por extenso y selvático, es el único municipio colombiano que tiene su propia “capital”, el poblado de Bellavista. Bojayá es la zona rural yBellavista el poblado. En esta Comunidad afro-colombiana, el 2 de mayo del 2002, fue masacrado o, en su integridad física afectado, el 20.9% de sus pobladores. Como decir que de 1100 habitantes, 119 fueron masacrados, entre ellos 48 niños-niñas, mientras que 114 sufrieron graves heridas. Un horrendo y horroroso y abominable genocidio, el más histórico por lo perverso, de la más perversa guerra enla historia contemporánea de América Latina.
Dos actores del conflicto armado, las Farc y los paramilitares, sin más miras que la de la más radical pugna por el control de territorios poblados, hicieron trizas el corazón, el de carne y el simbólico, de una humilde aldea perdida en la manigua. Y todo ocurrió en ausencia de un Estado autista cuyas fuerzas armadas se hicieron las de la vista gordacuando los paramilitares transitaron sobre sus narices. “Dios mío, ¿qué hemos hecho?” (5), se vio llorando a una joven guerrillera cuando, en las orillas del río Atrato, medio atisbó la barbaridad realizada. Mientras tanto, “yo no sabía si estaba muerta. No sentía nada”, vivenciaba en el interior de la Capilla católica San Pedro Apóstol, Luz Nelly, otra joven de 19 años, ésta sí una civildesarmada, cuando, atolondrada, descubrió a su mamá viva pero atrapada entre un alud de cadáveres.
En el Chocó, departamento al que pertenece Bojayá, miles de niños mueren antes de cumplir el año. Allí, en esa afro-colombiana región, el 70% de su medio millón de habitantes languidece entre la miseria del dólar diario y la indigencia que sólo almuerza cuando la desnutrición no le resta fuerzas para...
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