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Capítulo III, Te lo prometo.
Mi corazón latía desesperado y angustiado, mientras que mi mente no procesaba de forma coherente lo que estaba pasando. Me hallaba en la ambulancia, conducida a toda velocidad hasta el hospital. Los paramédicos no me dieron muchas explicaciones puesto que la vida de mi padredependía de minutos escasos, lo único que alcance a entender es que había recibido un severo golpe en la cabeza, la cual estaba ensangrentada por el lado izquierdo. Pasaron minutos que fueron eternos y llegamos al Hospital Madison, llena en lágrimas apenas pude ver como los paramédicos bajaban la camilla donde se encontraba mi padre a toda velocidad y lo conducían hacia el gran edificio. Eché a correrdetrás de ellos casi tropezando por mi nublada visión y después todos nos conducíamos había la sala de emergencia.
-Espere aquí, por favor –me dijo una voz amable y tranquila de una enfermera.
-¡No, yo necesito entrar con él! –casi le grité y cuando estaba a punto de pasar por la puerta en donde introdujeron a mi padre, la mano de la enfermera me tomó del brazo.
-Lo lamento, pero no puedeingresar al quirófano. Deje que los doctores hagan su trabajo –habló con el mismo tono de antes, el cual me hacia desesperarme más.
Intenté calmarme, aunque la angustia todavía reinaba en mis pensamientos. La enfermera me pidió algunos datos de mi padre antes de entrar al quirófano, donde se encontraba mi padre luchando por su vida. Me dolía la cabeza y mi pecho ardía de tanto llorar. Sinsaber qué hacer, busqué mi teléfono que gracias al cielo había tomado del auto antes de bajarme del mismo, y marque el número de Isabelle de inmediato. Después de dos tonos, contestó.
-¿Si? –habló con voz ronca, probablemente estaba durmiendo.
-¡Isabelle! –mi voz se quebró.
-¿Clary? ¿Clary qué pasa, que tienes?
-¡Mi papa tuvo un accidente en mi casa! –solté en un sollozo.
-¿Qué le hapasado? –respondió ahora muy preocupada- ¿Dónde estás?
-En el Hospital Madison. Dijeron que fue un severo golpe en la cabeza, no estoy segura de que ocurrió. No sé qué hacer, estoy tan asustada. –hablé tan rápido que no sabía si me había entendido.
-Voy saliendo para allá.
Los minutos transcurrieron y yo me hallaba caminando de un lado al otro frente al quirófano. Quería entrar, queríaverlo, necesitaba saber que estaba bien. Deseaba que saliera la enfermera con buenas noticias acerca de mi padre. O por lo menos deseaba una explicación de lo que había ocurrido. ¿Por qué no pude estar en casa para cuando el llego? ¿Por qué tuve que ir a ese estúpido club? Quizá si hubiese estado allí con él, nada de esto estuviera pasando ahora. Aunque nada de eso importaba ahora, solo importaba elhecho de que él estuviese bien. Junto a una pared estaba una silla blanca, junto a un dispensador de agua. Me senté en ella con esperanza de tranquilizarme. El blanco y pulido suelo del pasillo rechinó poco después, voltee a ver y eran pasos los que se escuchaban. Isabelle entro a grandes zancadas por el corredor y yo me puse de pie con lágrimas nuevas deslizándose por mis mejillas.
-Clary –dijoella con voz dulce y me abrazo.
-No puedo creer que esto esté pasando –sollocé en su hombro.
-Todo estará bien, te lo prometo –me consoló. Realmente apreciaba que este allí, ya no me sentía tan sola. Cuando estuve más calmada, rompí el abrazo- ¿Qué pasó exactamente? –le expliqué lo poco que sabía y ella frunció el ceño- ¿Tan sólo te dijeron eso?
Asentí.
-Bueno, no debe ser muy grave...
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