Boom latinoamericano
En torno a estos escritores, casi todos ellos narradores y mayoritariamente novelistas, actuaron algunos críticos de España y América (Carlos Barral, José María Castellet, EmirRodríguez Monegal, Ángel Rama), premios literarios como los de Biblioteca Breve y Formentor, revistas como Mundo Nuevo y Libre (ambas de París), y la coincidencia inicial, luego muy cuestionada, deapoyar la Revolución Cubana. Otro rasgo interesante es que estos escritores, por razones de exilio político o de distanciamiento cultural, vivieron largas temporadas en Europa, sobre todo en París yBarcelona.
En general, y sin tratarse de una generación ni de un movimiento literario, se observan en estos escritores algunas reformas técnicas provenientes del surrealismo y de la literaturaestadounidense del siglo XX, así como del llamado realismo mágico y de la literatura fantástica. También cabe anotar que se deja atrás todo rastro de regionalismo, costumbrismo y neoindigenismo.
Las obrasy autores que suelen considerarse señeras del “boom” son: Rayuela (1963) de Julio Cortázar, La muerte de Artemio Cruz (1962) de Carlos Fuentes, La ciudad y los perros (1962) de Mario Vargas Llosa yCien años de soledad (1967) de Gabriel García Márquez. Novelistas que también pertenecen a este núcleo, aunque publicaron en la década de 1950 o durante la primera mitad de la de 1970, son: Juan Rulfocon El llano en llamas (1953), José Lezama Lima con Paradiso (1966), Guillermo Cabrera Infante con Tres tristes tigres (1967), José Donoso con El obsceno pájaro de la noche (1970) y Augusto Roa Bastoscon Yo, el Supremo (1974).
A la sombra del “boom” se crea una nueva promoción de escritores que se incorporan también a la notoriedad de la literatura hispanoamericana con obras que traspasarán...
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